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Actualizado: 8 de septiembre de 2025
Aunque de ésta como de otras muchas de nuestras CARTILLAS, se han hecho traducciones y reimpresiones que abundan en el mercado á precios sumamente bajos; en nuestro deseo de completar la serie de CARTILLAS, que venimos publicando desde hace muchos años, y de hacer una edición legítima y completa, de una buena traducción castellana, hemos dispuesto llevar á cabo la de ésta obrita, que está ilustrada con mapas y arreglada á los Planes de Estudios de España y de la América española.
Sus ojos se fijaron en un alto tubo de cristal que subía desde el suelo con la boca repleta de flores. De un zarpazo esparció sobre la alfombra toda esta primavera arreglada poco antes por unas manos femeniles con la fiebre del que cuenta los minutos y vive esperando. Mojó su pañuelo en el agua de las flores y se arrodilló junto á Freya, levantando su cabeza del cojín.
La doctrina de los Libros Sagrados, así en asuntos Históricos, como en Morales, es la mas pura y perfecta. En lo Moral, quien haya leido á LAERCIO, SEXTO, EMPÍRICO, PLUTARCO, CICERON, SENECA, donde se hallan los sentimientos de los Filósofos antiguos, verá, no Moral arreglada en ellos, sino monstruosidades y errores enormísimos.
La señora de Latour-Mesnil tuvo la delicada misión de negociar con el señor de Maurescamp las cláusulas y condiciones de una existencia temporaria, y arreglada a las circunstancias.
Con sus borceguíes lustrosos, una chaqueta vieja del amo arreglada chapuceramente, la cabeza siempre descubierta, con pelos agudos como clavos y las orejas llenas de sabañones en todo tiempo, era Melchorico el aprendiz más gallardo de cuantos asomaban la cabeza a las puertas para llamar a los compradores reacios.
El doctor Montifiori, en medio de la íntima satisfacción que revelaba su rostro por el triunfo de sus planes, no alcanzaba a calcular, a pesar de su gran malicia, todo el veneno que había destilado la cazuela sobre él, sobre su mujer, su hija y sobre la inmaculada cabeza de mi tío Ramón, su futuro yerno. Seis meses después, la boda de mi tío Ramón con Blanca, era cosa arreglada.
Todas las mañanas, al despertar, sufría un rudo choque en sus gustos. Lo primero que contemplaba era una habitación «sin personalidad», una vivienda que nada tenía de él, arreglada por las sirvientas con limpieza prolija y falta de lógica, que cambiaba incesantemente el emplazamiento de las cosas.
Es una obrita del Padre Bresciani traducida y arreglada por otros Padres no menos sabios de la Compañía. Se la regalamos á los muchachos, cuando salen con la carrera terminada de nuestra Universidad de Deusto y es una guía completa de lo que debe pensar y hacer en el mundo todo joven cristiano.
Demasiado inteligente para no darse cuenta de lo que así ganaba, agradeció á su pupilo haberle proporcionado la ocasión de emprender una vida arreglada y se prometió pagarle en felicidad la tranquilidad que por su causa gozaba. Y tomó en serio su papel de padre.
Ansioso de encontrar una excusa, evocó la imagen de su cocinero tal como era cuando filosofaba en el rancho de la marinería. Para desear los mayores males á un enemigo, este varón cuerdo formulaba siempre el mismo anatema: «¡Permita Dios que encuentres una mujer arreglada á tu gusto!...»
Palabra del Dia
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