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Bien, pues agradezco a usted mucho el interés que se toma en este asunto, y aprovecho la ocasión para decirle en nombre de Quiñones y en el mío que tiene usted aquí su casa. Al mismo tiempo tiró del cordón de la campanilla y se levantó. Alzose también el barón mascullando las gracias y ofreciéndose. Pepe, acompañe usted al señor barón. Hizo éste una profunda reverencia.

De tal suerte que, cuando quince días después Velázquez se determinó á explicarse claramente, no halló obstáculo alguno para ser aceptado. Pero, como hombre corrido en lides amorosas, aprovechó su posición para obtener de la madre y la hija que le siguieran á Cádiz, donde pensaba establecerse.

Quedó tan desconcertado y humillado por este movimiento retráctil, que no supo qué decir. Ella aprovechó su silencio para seguir hablando, pero como si tradujese á solas una pesadilla, como si no viera al hombre que estaba ante sus ojos. Cuando me acuerdo... ¡qué vergüenza!

Después de esto, resolvió marcharse a París, siguiendo los usos y costumbres de la Auvernia, para ahorrar algunos centenares de francos, y volver después a ayudar a sus padres. Le dieron un traje de pana y veinte francos, que en Mauriac constituyen una cantidad importante, y aprovechó la ocasión de marchar un camarada que conocía el camino de la capital.

Fué el P. Juan Bautista de Zea, natural de Goaze, lugar de Castilla la Vieja, en donde nació á 18 de Marzo de 1654. Aquí aprendió los primeros rudimentos de la gramática, aunque por la calidad del lugar y de los maestros, aprovechó más en la devoción que en las letras, creciendo no menos en la virtud que en los años.

Y a fe que se aprovechó de ello; se recreó en su dicha y adquirió algunas fuerzas para las pruebas por que aun tenía que pasar. El clima de las islas Jónicas es de una dulzura y una regularidad sin igual. Allí el invierno no es otra cosa que la transición del otoño a la primavera; los veranos son de una serenidad fatigosa.

Examinose entre ambos cónyuges la cuestión, y el duque, que ya se iba encariñando con todo lo que tuviera sabor de discusión, aprovechó la oportunidad, hablando largamente de su decoro y prestigio, de que no quedase lastimada su dignidad, y de otra porción de cosas que hubieran hecho murmurar a cualquiera: palabras, palabras, palabras.

Apesar de sentirse mortificada por aquel tono, Fernanda le saludó afectuosamente. Me alegro de verte tan buena, querida, y aprovecho la ocasión para darte el pésame. Ya sabes que yo no escribo cartas hace años. He sentido mucho a Santos... Oiga usted, Moro: ¿se propone usted no darme en su vida una carta decente?... Era un buen sujeto, un vecino excelente, incapaz de hacer daño a nadie.

Su papá rumiaba tranquila y filosóficamente como un buey; su mamá, como siempre, se hallaba distraída, inquieta, en espera a cada instante de una desgracia; y en cuanto a Tristán es imposible que nadie pudiese mostrar en su rostro un gesto de displicencia y de tedio más señalado. La doncella aprovechó una pausa para dar a su señora noticia de un encuentro agradable que habían tenido en el Retiro.

Fortuna tuvo D. Narciso, pues en la disputa llevaba la de perder. Obdulia poseía una imaginación vivísima, y antes de haberse dado a la mística gozaba fama de alegre y chistosa entre sus amigas. D.ª Eloisa aprovechó la oportunidad para cambiar la conversación, que se había hecho peligrosa. Detrás de Cándida entró D.ª Teodora. Venía ésta acompañada de D. Juan Casanova.