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Actualizado: 9 de octubre de 2025
En efecto, mientras escuchaba a Martholl decirle, con su voz de entonaciones rebuscadas, las cosas amables y triviales que acostumbraba, el recuerdo de un semblante de rasgos demacrados, de expresión angustiada y ardiente, hería su espíritu de una manera singular.
Duerme, digo otra vez, y lo diré otras ciento, sin que te tengan en contina vigilia celos de tu dama, ni te desvelen pensamientos de pagar deudas que debas, ni de lo que has de hacer para comer otro día tú y tu pequeña y angustiada familia.
Termino este día manifestando un incidente que tiene angustiada á mi mujer, y que, en verdad sea dicho, á mí no me tiene de buen humor. Desde que he llegado á Paris, no como; no porque no tenga ganas de comer, sino porque estas salsas me repugnan.
En esto se levantó don Quijote, y, encaminando sus razones a la Dolorida dueña, dijo: -Si vuestras cuitas, angustiada señora, se pueden prometer alguna esperanza de remedio por algún valor o fuerzas de algún andante caballero, aquí están las mías, que, aunque flacas y breves, todas se emplearán en vuestro servicio.
Qué cosas tienes, mujer observó Belén muy apurada, acordándose de cuando fue corista y representándose con terror el escenario de la Zarzuela ; otras han hecho también pecados feos, pero los han llorado como tú, y cátalas perdonadas. Mauricia tenía un pañuelo en la mano; pero con la humedad del lloro y del sudor era ya como una pelota. Amasábalo en la mano y se lo pasaba por la angustiada frente.
Yo que comí más de una vez á la mesa con los clérigos te lo puedo certificar. Y el Espíritu Santo ha dicho: «Si te ensalzas te humillaré, y si te humillas te ensalzaré». Así habló el hombre más profundo que guardaba entonces el valle de Laviana y quizá las riberas todas del Nalón caudaloso. ¡Padre, padre! ¿por qué me dice usted eso? exclamó Demetria angustiada.
Parecía como que de adentro empujaba alguien a las gentes. Cuando una banda sonaba a distancia, como si estuviera yéndose, los muchachos, aun los más crecidos, corrían tras ella, con la cara angustiada, como si se les fuera la vida. Y los más pequeños, cruzando de un lado para otro, mirados desde los balcones, parecían los granos sueltos de un racimo de uvas.
Sí dijo recobrando la zozobra que al principio había advertido en ella ; quiero traerla aunque sea arrastrada por los cabellos... ¡Ay! Gabriel, estoy tan angustiada que no sé cómo contarte lo que me pasa. Pero vamos, acompáñame. No me atrevía a salir sola a estas horas. Diciendo esto tomaba mi brazo, y con impulso convulsivo me empujaba hacia la escalera.
La vida medioeval fue en lo principal tan angustiada por el miedo de los malos espíritus como la de cualesquiera salvaje de nuestro tiempo, dice Robertson en su Short History of Christianity; pues el pueblo había conservado la noción de sus espíritus hostiles, y el diablo cristiano era el Dios de ese reino.
Inmutóse Currita atrozmente y metióse la mano en el bolsillo, como si buscara el lignum crucis; abrióse entonces la mampara y apareció el mayordomo mayor, también muy inmutado... La dama, fingiendo siempre hallarse absorta en la contemplación del retrato, volvió ligeramente la cabeza y saludó con la mano al personaje, diciendo con vocecita a su pesar temblorosa y angustiada: ¡Magnífico retrato!
Palabra del Dia
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