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Del fondo de la máquina voladora partió, silbando, un hilo plateado, que, después de dar varias vueltas en el aire como una serpiente delgadísima, se metió por la cabeza de Gillespie, no parando hasta sus hombros. El ingeniero se sintió cogido lo mismo que las reses de las praderas americanas á las que echan el lazo.

Tal es el carácter que presenta la montonera desde su aparición; género singular de guerra y enjuiciamiento que sólo tiene antecedentes en los pueblos asiáticos que habitan las llanuras y que no ha debido nunca confundirse con los hábitos, ideas y costumbres de las ciudades argentinas, que eran, como todas las ciudades americanas, una continuación de la Europa y de España.

Pero, si no tenemos tiempo, ¿cómo hemos de pararnos a jugar, nosotros, niños de América, si todavía hay tanto que ver, si no hemos visto todos los pabellones de nuestras tierras americanas? ¿Y esta casa de madera tan franca y tan amiga, que convida a la gente a entrar a ver todo lo que da la tierra volcánica de su país, uva y café, enredaderas y tigres, cocos y pájaros, y los lleva a su colgadizo con cortinas, a tomar en jícaras labradas su chocolate de espuma?: es el de Guatemala ese pabellón generoso.

Miró las extensiones cubiertas de cepas, y continuó con un tono de sincera alegría: Me satisface que se hayan replantado con vides americanas los grandes claros que dejó la filoxera. Yo se lo aconsejé muchas veces a don Pablo. Así aumentaremos dentro de poco la producción, y los negocios, que marchan bien, aún irán mejor. Ya puede volver la plaga cuando quiera: por aquí pasará de largo.

No olvidan que corre por sus venas la misma sangre y como abuelos indulgentes se sonríen ante las travesuras americanas, hasta el día en que comprendan, con su sentido práctico, que tienen interés en fomentarlas. Entonces la alianza anglo-sajona será un hecho en ambos mundos, y el águila norte americana y el león inglés harán sus rapiñas de concierto.

En tan apurada como crítica situación y antes de que llegara la ansiada Comisión civil americana, se le ocurre al General Otis, gobernador militar de las fuerzas americanas, llevar á efecto dos actos á cual más impolíticos. ¿Cómo y porqué conspiraba el Sr.

Era Pablo de Lavardens, que desde hacía una hora esperaba allí para tener el gusto de ver pasar a las americanas. Os engañáis dijo Zuzie a Bettina, ahí viene alguien. Un paisano. Los paisanos no se cuentan; esos no pedirán mi mano. No tiene nada de paisano, mirad.

Pues qué, ¿no merecía este ejército ninguna consideración de parte del General Otis y de las fuerzas americanas? ¿Se habían olvidado ya de los importantes servicios que el ejército filipino prestó al americano, en la pasada guerra contra los españoles?

El vecino de Bogotá, como todos los vecinos de las ciudades americanas y de algunas europeas, paga un fuerte impuesto de limpieza, que en su totalidad no da menos de 150.000 pesos fuertes, cantidad que bastaría para mantener a Bogotá en inmejorable condición higiénica.

Hay en el Facundo una como estratificación de varios órdenes de ideas, «visibles» en la estructura íntima de este libro. Descubro en él un elemento biográfico, formado por lo que Sarmiento atribuye a Quiroga y Rosas; un elemento político, formado por lo que escribe de unitarios y federales; un elemento sociológico, formado por lo que discurre sobre la civilización y la barbarie americanas.