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Actualizado: 15 de junio de 2025


Desde aquí pierde el nombre el Paraguay, porque el Paraná, como mas caudaloso conserva el suyo hasta cerca de Buenos Aires, donde, junto con el Uruguay, corre hasta el mar con el nombre de Rio de la Plata: llamado así, porque llevaron desde aquí algunas alhajas de plata y oro los primeros conquistadores del Paraguay, las cuales alhajas habian traido los indios del Paraguay en la primera entrada que hicieron á los pueblos del Perú con Alejo García y sus compañeros, segun se halla escrito en la Argentina de Rui Diaz de Guzman.

Así es que sentía mucho su suerte, pero que no estaba en su mano evitarla. Oyendo esto, Pablo se quedó abatido, dijo adiós a Carmen, y se alejó lentamente para volver a su prisión. ¡Ay! Así fué, dijo Carmen sollozando; yo tuve la culpa ... de todo lo que ha padecido.... Pero, hija, replicó la señora; si entonces era tan malo....

El francés fué en busca de Karl, mal repuesto aún de la terrible sorpresa, y le dió un caballo para que se trasladase inmediatamente á la estación de ferrocarril más próxima. Se alejó de la estancia, pero no permaneció solo mucho tiempo. Transcurridos unos días, «la romántica» se marchó detrás de él... Iseo «la de las blancas manos» fué en busca del caballero Tristán.

Además, era un coronel aunque nadie sabía de qué ejército , un «técnico», incapaz de expresarse caprichosamente. Y muchos se trasladaban sin perder tiempo á las salas de juego para repetir sus comentarios, como personas bien informadas. El príncipe se alejó, temiendo cortar con su presencia este triunfo profesional, que se repetía todas las tardes.

Y se alejó, después de recomendar varias veces al médico, con tono suplicante, que no olvidase su asunto. Aresti, mientras despachaba el desayuno y vestía sus ropas de fiesta, colocadas sobre la cama por Catalina, pensaba en la extraña psicología de una gran parte de las gentes de las minas.

Si no la admiraba, la oía: tal poder tiene el amor que se vale de todos los sentidos para consolidar su dominio pérfido. Pero, ¡extraño caso! jamás en el largo espacio de un trienio alzó la vista hacia el nido de Alejo, no observar aquella cosa fea que desde tan alto la miraba y la escuchaba con el puro fervor del idealismo.

Beatriz no respondió nada y se alejó dulcemente: se sentía en trance de muerte: había entrevisto de un golpe la verdad, y parecíale que el cielo se rasgaba para fulminarla con sus rayos.

D. Valeriano Barreda, se dijo: Que se conformaba en todo con el voto del Sr. D. Cornelio Saavedra. Por el Sr. Dr. D. Alejo Castex, se dijo: Que se conformaba con el voto del Sr. Dr. D. Juan Nepomuceno de Sola. Por el Sr. D. Juan Pedro de Aguirre, se dijo: Que igualmente se conformaba con el voto del Sr. Dr. Sola. Por el Sr.

Entonces los nervios de Andrés no pudieron sufrir más. Soltose bruscamente de la rueda, y murmurando algunas palabras coléricas, se alejó del corro. Celesto le siguió inmediatamente, muy apurado. ¿No se lo decía yo a usted, D. Andrés? le dijo cuando le hubo alcanzado. ¿Por qué no ha querido usted hacer caso de ? ¡Al fin le ha dado la coz!

Me parece que aún añadió dos o tres palabras que no entendí; luego se alejó dulcemente como una visión que se desvanece y no la volví a ver, ni aquella noche, ni al siguiente día, ni nunca más. Partí al romper el día sin ver a nadie. Evité atravesar París y me hice llevar directamente a la casa que en un extremo suburbio habitaba Agustín. Era domingo y le hallé con su familia.

Palabra del Dia

vorsado

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