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Actualizado: 17 de junio de 2025


Todos los personajes míticos están caracterizados tan bien, que el ignorante podrá ganar algo, allegar un caudal de erudición, si, con motivo de leer el FAUSTO, adquiere y hojea algún Diccionario manual de la fábula; pero lo que aprenda en dicho Diccionario añadirá poco a la comprensión del poema.

Ningun estudio mas provechoso, ninguna enseñanza mas útil que la que se adquiere estudiando esa ciudad monstruo que se llama Paris. Entre los paseos deliciosos de Paris, descuella en primer término el Bois de Boulogne, el sitio de recreo mas admirable que capital alguna de Europa puede ofrecer.

Consíguelo, en efecto, y su cadáver es solemnemente sepultado al presentarse el Rey, que llega á libertar á Tarifa, reparando en lo posible la injusticia cometida antes contra Guzmán, cuya fidelidad ha sido probada de una manera tan brillante, y que desde entonces adquiere el sobrenombre del Bueno.

"Si las poblaciones facilitan estas ventajas, el comercio adquiere por ellas muchos grados de velocidad en sus cambios, cuya repeticion y utilidades refluyen tambien en los progresos de aquellos.

Es una fiesta, un día de escuela, un encuentro, un juguete, un cariño recibido y devuelto, el protagonista de ese inolvidable poema de la memoria; la palabra no lo anima jamás, no se comunica a nadie, porque es tal vez trivial cuando adquiere formas externas; se acaricia la reminiscencia a solas, íntimamente, y ella vuelve y retorna siempre a la mente, porque es como el cimiento de las memorias, el sedimento que han dejado las primeras impresiones de la vida en el espíritu del hombre.

Natural es la que exercita el entendimiento por sus propias fuerzas, con la qual adquiere las verdades de las Artes y Ciencias humanas: y esta misma es la que hemos manifestado en esta Lógica, mostrando los caminos por donde ha de andar para proceder con acierto.

El doctor Esquilón, inmortalizado en el óleo, adquiere en su mirada una ternura indescifrable. La viuda sigue llorando y arreglándose los lazos de un traje color crema que se ha puesto para que yo vea cómo le queda. Ya no tiene remedio, hijita la digo para consolarla y ahuyentar la triste visión. Era muy bueno, Marianela, muy bueno. ¡Qué energía, qué brío! ¡Yo creo que hubiera ido lejos!...

Sánchez Morueta, hablaba á su primo con la cabeza baja, como un criminal, que, con voz sorda confiesa su crimen, y únicamente cerrando los ojos adquiere la fuerza necesaria para seguir mostrando su conciencia. Había sido un miserable. Le repugnaba el recuerdo de su debilidad, las lágrimas con que había mojado durante toda la noche el cuello insensible de aquella mujer.

Don Simón, nuevo en el oficio, hallaba en cada trámite casos y cosas que le aburrían, quizás más que las dificultades materiales del camino. Tenía encargo especial de su estado mayor de saludar cortésmente a todo viandante que se cruzara con ellos, y así lo hacía el santo varón, por aquello de que «donde menos se piensa se adquiere un voto».

Sólo se explica la serena majestad del rey en aquel duro y largo trance por el claro convencimiento que de su dignidad tenía, sin que pudiera menoscabarla ningún dolor ni ninguna miseria, y por su conformidad perfecta con la voluntad de Dios, conformidad que en cierto modo endiosa el alma de quien la adquiere, convirtiendo las más acerbas penas y la más lastimosa humillación en deleite y en gloria.

Palabra del Dia

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