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Actualizado: 28 de julio de 2025
Si he de confesar la verdad tampoco han acudido mis amigos, admiradores y parciales, aconsejándome y casi impulsándome con la violencia de sus ruegos para que le publique, según ocurre con frecuencia á otros autores más que yo dichosos.
Si no lo hubiese llevado en mis entrañas murmuró dudaría que fuese mi hijo. Después el gran poeta tuvo que separarse de Momaren para atender á sus admiradores. Todos protestaban del hecho escandaloso que se estaba realizando en aquellos momentos sobre las gradas del templo de los rayos negros. ¡Ya no hay categorías, ni respeto ... ni vergüenza!
Jaime seguía mirando al Ferrer con la irresistible atracción de la antipatía. Manteníase el verro silencioso y como distraído entre sus admiradores, que formaban corro en torno de él. Parecía no ver a los demás, fijos sus ojos en Margalida con una expresión dura, cual si pretendiese vencerla bajo esta mirada que infundía miedo a los hombres.
Stein hizo entonces esta reflexión: «¿Habrían hecho los antiguos artistas tantas obras maestras, si en lugar de consagrarlas a la veneración de las almas piadosas, a recibir su culto y sus oraciones, hubieran sabido que su paradero había de ser un museo, donde estarían expuestas al frío análisis de los amigos del arte y de los admiradores de la forma?»
Sé que es necesario un poco de ilusión para sazonar su materialidad; todos ponemos en él un poco de mentira, para gozar de esa mentira aunque sepamos que lo es: pero en el fondo, yo me río del amor tal como lo entiende el mundo, así como me río de tantas otras cosas veneradas por las gentes... Yo no quiero enamorados; quiero admiradores. No busco inspirar amor; me place más la adoración.
Los capataces recién llegados de Europa parecían asombrados. ¿Y aún dicen que los indios son perezosos?... Pero al cobrar el jornal de la semana desaparecían, y sus protectores y admiradores los esperaban en vano todo el lunes siguiente. Sólo cuando quedaba consumido el último centavo en las tabernas donde hay acordeón y baile, pensaban en reanudar el maldecido trabajo.
El año que precedió a su matrimonio había sido el más triste y el más miserable de su pobre juventud. Pero el año que siguió la indemnizó en parte. Vivía en Corfú en un círculo de admiradores apasionados. Todos los que la rodeaban, viejos y jóvenes, experimentaban por ella un sentimiento muy parecido al amor.
Acaeció, no obstante, lo que era de esperar: allá al final del cuarto acto, cuando el tenor avanza hasta las candilejas para expresar con algún do de pecho la emoción que le embarga, y las señoras se levantan de sus asientos dejándose poner los abrigos por sus maridos, amantes o admiradores, la roja camelia cayó al suelo: la generala, con el abrigo ya puesto, se precipitó fuera del palco, sin duda para ocultar su confusión.
Era una especie de patriarca para sus compatriotas especialmente para los recién llegados , y él se aprovechaba de tal prestigio escogiendo el mejor lugar cerca del caldero, cuando llegaba la hora de la cena, y el rincón más cómodo para dormir. También eludía los trabajos pesados, confiándoselos á alguno de sus fervientes admiradores.
El joven eclesiástico, que había hecho sus estudios en la Universidad de Oxford, donde se conservaba su memoria con respeto, era tenido por sus más ardientes admiradores casi como un apóstol consagrado por el cielo y destinado, si podía trabajar y vivir el término ordinario de la existencia humana, á hacer mucho en beneficio de la Iglesia de la Nueva Inglaterra.
Palabra del Dia
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