Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 9 de julio de 2025
Don Fermín quedó satisfecho del vestido, aunque no de que fuéramos al baile. El vestido, según pudo entrever acercando los ojos a la celosía del confesonario, era bastante subido, no dejaba ver más que un ángulo del pecho en que apenas cabía la cruz de brillantes, que Ana llevó también a la Iglesia para que se viera cómo hacía el conjunto.
Al despejarse el tiempo nos encontramos a la vista de una de las islas de Taiti. Nos fuimos acercando, y pasamos por delante de bahías estrechas, de una vegetación lujuriante, hasta detenernos en una de éstas. El capitán bajó a la bodega y habló a los chinos.
Al cabo de unos momentos fué ella quien acercando su rostro al del banquero le preguntó discretamente: ¿Qué compro? Amortizable respondió el famoso millonario con igual reserva. Entraban a la sazón un caballero y una dama, ambos jovencitos, menudos, sonrientes, y vivos en sus ademanes. Aquí están mis hijos dijo Pepa. Era un matrimonio grato de ver.
Pero viendo que la miraba con ojos extraviados, como si no comprendiese, añadió con desenfado y riendo: ¿Acaso se figura que yo no sé que me quiere un poquito? ¡Oh! dijo el joven con un grito comprimido. Sí; lo sé hace tiempo continuó bajando más la voz y acercando la boca a su oído . Pero usted puede que no sepa una cosa, y es que yo también le quiero a usted....
«¿Todo eso para qué? decían acercando con mano trémula los pucheros al fuego. ¿No habéis vivido hasta ahora sin necesidad de hurgar la tierra como los topos? ¿Os ha faltado un pedazo de borona y un sorbo de leche? ¿Qué más queréis? ¡Servid á Dios y morid en vuestras camas como cristianos y no como perros en esas cuevas de infierno!»
Se alzó de la silla y, acercando su rostro al de la joven, le dijo con frase lenta y amenazadora: ¿Sabes, chiquilla, que ya me voy atufando, y que si llegas á sacarme de mis casillas habrá que sentir? Lo sentiré por última vez, te lo juro. Pégame, mátame... aprovéchate ahora, porque en cuanto ponga el pie en la calle se concluyó todo. El guapo la miró fijamente y en silencio.
Porque eres su padre, sí, su padre. ¿A que no lo niegas? añadió acercando con mimo su rostro al de él y poniéndole los labios en el oído. Voy a traértela. Pero ¿va a venir el ama? preguntó él con terror. No, hombre, no replicó riendo. Vendrá ella solita. Verás qué bien camina ya. El conde abrió los ojos con una expresión estúpida que la hizo reír aún más.
Se fué acercando poco á poco, porque aquella figura se le representaba marchando con pasos enormes. Era el Neptuno de la fuente, que en medio de la obscuridad proyectada por los árboles se le figuraba como otro fantasma. La infeliz tenía muy extraviados los sentidos á causa del terrible trastorno de su espíritu.
La condesa se fué acercando al sitio donde estaba la cuadrilla. Al verla todos suspendieron el trabajo: apoyados en la guadaña quedáronse contemplándola mientras Pedro corrió hacia ella con el sombrero en la mano. ¿No tiene usted miedo al calor, señora condesa? No; viniendo preservada del sol no es tan grande. Ponte el sombrero. Al parecer, pronto segaréis el prado.
Pepita encendió una bujía y la fue acercando a cada uno para que le viésemos bien, mientras el señor de Anguita, que traía constantemente las manos atrás, separaba de vez en cuando la derecha para señalarnos los primores de ejecución que abundaban en casi todos.
Palabra del Dia
Otros Mirando