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Actualizado: 31 de mayo de 2025
Seguíalas atentamente con la mirada, para ver si se acercaban, temiendo un inesperado abordaje, y había obligado al chino a preparar las armas para estar dispuesto a la defensa; pero la distancia no disminuía, sino que más bien parecía aumentar poco a poco, pues las luces iban siendo menos perceptibles. Hacia las tres, una de ellas desapareció; pero la otra seguía brillando y parecía acercarse.
El segundo, abrir por aquí camino más breve para las Misiones de los Chiquitos, cosa que siempre sumamente se ha deseado, por evitar la suma distancia que hay por el camino de Tarija, porque se presumía que los Zamucos se acercaban mucho al Chaco y al Pilcomayo, y por allí también entró en esta ocasión un Jesuita para venirse á encontrar con los demás.
La Madrid, acribillado de once heridas, se había arrastrado hasta unos matorrales, donde su asistente lo encontró delirando con la batalla, y respondiendo al ruido de pasos que se acercaban: «¡No me rindo!» Nunca se había rendido el coronel La Madrid hasta entonces. He aquí la famosa acción del Tala, primer ensayo de Quiroga fuera de los términos de la provincia.
Pues, despues que estuvieron algunos dias á las orillas de aquel rio, se mudaron á otro parage, siempre buscando las aguadas para sí y sus animales, y caza con que mantenerse en lagunas ó arroyuelos; que nunca volvieron á encontrar mas rio, y fueron muchas las mudadas que hicieron los indios de sus toldos: pero como se reconocia que se acercaban á las campañas de Buenos Aires, y como ninguno de los indios se metia con él para hacerle daño, se mantuvo entre ellos, y solo les preguntaba la distancia que habria hasta la costa del mar: y unas veces le parecia que estaria como 6 ú 8 ó 10 leguas, y otras se dejaba ver desde lo alto de algun cerro.
De pronto se sintió en el silencio y en las sombras de la desolada casita, ruido de hierros y maderas que crujían... unos pasos pesados y torpes que se acercaban... un formidable golpe contra la puerta...
Allí estuvo más de una hora mudo, sin aliento, escuchando por la entornada puerta los ruidos de la casa, sin atreverse a bajar para adquirir noticias y sufriendo las torturas de la desesperación y de la incertidumbre. Oyó al fin ruido de pasos que subían la escalera y se acercaban luego a su cuarto, a cuya puerta llamó José. ¿Cómo está Magdalena? preguntó Amaury con anheloso acento.
Cuando los escuadrones se acercaban al bosque, mientras lo flanqueaban las mangas de mosqueteros, salió á limpiar los pozos una sección de gastadores, y los berberiscos emboscados tuvieron que avanzar antes de lo que querían, cargando la caballería con alaridos espantosos tres veces, á pesar del destrozo que hizo en ellos la arcabucería.
El sol ocultaba entre nubes pardas y espesas, detrás de la cortina de álamos, el último pedazo de su lumbre que se le había quedado atrás, como un trapillo de púrpura. La sombra y el frío fueron repentinos. Un coro estridente de ranas despidió al sol desde un charco del prado vecino. Parecía un himno de salvajes paganos a las tinieblas que se acercaban por oriente.
Por lo mismo que su hijastra había sido siempre fría y altanera con todos, menos con ella, jamás había dudado de la sinceridad de su cariño. Estaba con él satisfecha y orgullosa. Le bastaba para compensarle de la indiferencia despreciativa que observaba en cuantos se acercaban a ella. La horrible sospecha que a viva fuerza había penetrado en su corazón lo llenaba de amargura.
Este había mejorado muchísimo de salud en Sarrió, según decía a cuantos se le acercaban. Hizo traer de Madrid coche y caballos y compró una bonita balandra para pescar. Parecía disponerse a pasar todavía algunos meses en la villa.
Palabra del Dia
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