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Actualizado: 4 de junio de 2025
Una pareja de esas que se forman con una mamá aburrida y un acompañante de compromiso, vino a sentarse a nuestro lado y nos consagró una mirada de indiscreta curiosidad. Yo aproveché la ocasión para invitar a Blanca a que abandonásemos el campo al enemigo y ella aceptó.
Sí, tiene usted cien veces razón decía ella yo necesito una palabra de amistad y de consejo muchos días que siento ese desabrimiento que me arranca todas las ideas buenas y sólo me deja la tristeza y la desesperación.... Oh, no, eso no, Anita; ¡la desesperación! ¡qué palabra! Ayer tarde, no puede usted figurarse cómo estaba yo. Muy aburrida, ¿verdad? ¿Las campanas?...
Núñez dejó escapar un murmullo de aprobación sin levantar la cabeza, pero miró con el rabillo del ojo a su amigo y una chispa de malicia atravesó por sus ojos. Dudo que exista en el mundo prosiguió Tristán una ciudad más aburrida, más prosaica y cominera que la capital de España.
Adriana se puso entonces a mirar la pareja de novios, mientras Charito buscaba inútilmente un motivo cordial de conversación. Yo los dejo, dijo al fin, hasta luego. Pero Adriana la retuvo. Y dirigiéndose alternativamente a ella y a Muñoz: No quiero quedarme sola con él; he pasado muchos días aburrida, muy triste, y él ahora, estoy segura, tiene intención de pelear.
¡Qué bello día de otoño, señor! me dijo. Sí, señorita. ¿Se pasea usted? Ya lo ve. Uso de mis últimos momentos de independencia... y aun abuso, pues me siento algo aburrida de mi soledad... Pero Alain es necesario en casa... Mi pobre Mervyn está cojo... ¿Quiere usted reemplazarlos, por ventura? Con el mayor gusto. ¿Adónde va usted? No lo sé... tenía la idea de llegar hasta la torre d'Elven.
Pero la desconsolada señora temía a la gente que la rodeaba; aquella curiosidad de ciudad pequeña, aburrida en su monotonía, siempre alerta, a la caza de un nuevo suceso para gozar el placer de la murmuración.
Tal vez la hija de Rojas, aburrida de su soledad, se decidiese á montar á caballo. Estaba dispuesto á esperar hasta que el sol se ocultase. Llevaba á precaución, en una bolsa de su montura, algunos comestibles. Además, como todos los enamorados, olvidaba que los hombres nacen con la enfermedad mortal del hambre y únicamente pueden seguir viviendo si se curan de ella dos veces al día.
Todas aquellas pasiones venían a parar en una sola, el amor; porque las otras, tales como la ambición desmedida, la aspiración a algo desconocido, la profunda misantropía, o eran cosa vaga y aburrida a la larga, o tenían escaso campo para su aplicación en el pueblo; de modo que el romanticismo práctico venía a resolverse en amor con acompañamiento de guitarra y de periódicos manuscritos que corrían de mano en mano, llenos de versos sentimentales. ¡Lástima grande que este lirismo sincero fuera las más veces acompañado de sátiras ruines en que unos poetas a otros se enmendaban el vocablo, dejando ver que la envidia es compatible con el idealismo más exagerado!
Detestaba á Brest, como una de las ciudades más aburridas del Atlántico. Llovía en ella incesantemente y no se encontraba otra distracción que el eterno paseo por la calle de Siam ó la permanencia aburrida en los cafés, llenos de marinos y de oficiales de tierra ingleses y portugueses.
Cierto que, a pesar de ser buenos los tiempos, adelantaba poco a causa de las prodigalidades de su mujer; pero... ¡pobrecilla! él la disculpaba, recordando su juventud monótona y aburrida al lado del tacaño padre, y además, decíase a sí mismo que alguna compensación había de merecer el resignarse a ser tendera una joven que podía aspirar a una posición más brillante.
Palabra del Dia
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