Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 23 de julio de 2025


Al ver esta muestra de debilidad, las amigas apretaron el asedio, enviando cada cual un argumento más o menos poderoso; sobre todo Luisa, era incansable en formar silogismos, que alternaba sin cesar con súplicas ardientes. Al fin Lolita volvió lentamente la cabeza hacia Asunción. La pobre niña seguía en la misma postura, abatida, ocultando siempre el rostro con las manos.

9 de julio. Me encuentro triste y abatida, y no a qué atribuir esta situación. Acaso es producida por la ausencia de mi marido. En este miserable mundo, la cosa más insignificante hace cambiar la felicidad; nuestros cuerpos son en extremo impresionables...

¡Pobre señó Fermín! decían las gentes al verle. No es ni su sombra. Había caído en un mutismo cercano a la imbecilidad. Permanecía horas enteras inmóvil, con la cabeza abatida, como si le abrumasen los recuerdos.

Sus ojos estaban bajos como avergonzados, mientras su barba fina descansaba abatida sobre su pecho jadeante. ¿Qué podía yo decir? ¿Qué habrían dicho ustedes? Me quedé silencioso.

Estaba yo abatida por la inquietud, llorando y rogando sentada en un canapé, con los balcones abiertos.

En el hogar la asentó Ataide, y con voz ardiente su aventura la contó, y ella, abatida la frente, estremecida, doliente, en silencio le escuchó. Ataide acabado habia, Ayela permanecia doblegada, muda, inerte, y su alentar parecia el hervor de la agonía tras el cual viene la muerte.

Luego, abatida por este esfuerzo, se desplomó en su lecho, diciendo con apagado acento: ¡Dios mío! No permita Tu bondad que nunca sepa que cuando he visto a mi prima he sentido deseos de que ella muriese también conmigo. El ministro del Señor, acompañado de su séquito, salió de la estancia. Reinó en ésta un silencio que nadie se atrevía a interrumpir.

Determinó, por lo tanto, remediar su error hasta donde le fuera posible. Fortalecida por años de rudas pruebas, ya no se sentía tan incapacitada para luchar con Rogerio como la noche aquella en que, abatida por el pecado, y medio loca por la ignominia á que acababa de ser expuesta, tuvo con él la entrevista en el cuarto de la prisión.

No encontró en ella ningún síntoma de consideración: todo el mal se reducía a una ligera destemplanza, que se curaría con las ropas de la cama y los mimos de su madre. Pero le extrañaba mucho que no concordaran con la benignidad de los síntomas orgánicos las manifestaciones morales: hallaba demasiado abatida de espíritu a la enferma, que era de suyo animosa y expansiva.

En los últimos tiempos se arrastraba por los tugurios tocado con un sombrero gris y desvencijado, con la pipa humeante, abatida sobre las barbas canas y enmarañadas, y en los ojos ciegos un gran deslumbramiento de ilusión. Su carrick destrozado era la rota bandera de los días suntuosos y efímeros, e inspiraba la desolación de una grandeza en ruinas.

Palabra del Dia

buque

Otros Mirando