United States or Equatorial Guinea ? Vote for the TOP Country of the Week !


Lo cierto es, que ni en una queja, ni en un suspiro, ni en una mirada, ni en una palabra, por sutilmente que quisiera interpretarse, reveló jamás el Padre Enrique, ni dejó entrever a los curiosos y ávidos ojos de doña Luz la tempestad oculta en el centro de su alma.

Y ella mostrábase contenta por este doble deseo que tiraba de sus brazos y la envolvía en un ambiente de sorda pelea; se dejaba llevar casi a rastras, encorvada su esbelta figura, riendo sin saber de qué, con la boca seca, abarcando a los dos varones en la mirada de sus ojos húmedos y ávidos, que parecían englobarlos en una predilección idéntica, sin poder distinguir el uno del otro.

Los médicos aturdían la casa, ordenando remedios desesperados; los parientes llegaban ávidos y jadeantes, con el azoramiento de la inesperada noticia. Al día siguiente murió la señora. La familia trató a Maltrana con cierta benevolencia, haciéndole partícipe de sus acuerdos para el entierro. Todos ignoraban la voluntad de la muerta.

Quedamos de pie esperando, ávidos y extáticos, sin darnos cuenta ni adivinar lo que iba a suceder. Un momento después corrió su pesada cama, retirándola del rincón donde estaba, y vimos en el suelo, hábilmente oculta, una especie de puerta, que al abrirla dejó al descubierto un pozo profundo y obscuro.

Yo devoraba con ojos ávidos aquellos monumentos de la antigüedad asiática, lleno de curiosidad por conocer las impenetrables clases que los habitan, el principio de las Instituciones, la significación de las inscripciones, el espíritu de sus ciencias, la gramática, el dogma y la extraña visa interior de un cerebro de letrado chino. Mas ese mundo es inviolable como un santuario.

Pero el aguijón que inquietó al bruto, haciéndole morder y cocear, quedó escondido en el misterio. ¿Fue el degüello cosa resuelta y ordenada en círculos oscuros, ávidos de maldad y escándalo? También es difícil asegurar esto, que por su enormidad se resiste a la razón humana.

En su presencia se puede amar, conversar, reir y galantear; miéntras que delante del Tequendama no es permitido sino contemplar con asombro, admirar y meditar en lo infinito. Al saltar al puertecito de Giessbach, casi al pié mismo de la cascada, todos los pasajeros nos dispersamos por las diversas encrucijadas de la cuesta, ávidos de emociones que contentasen nuestra curiosidad.

Este hecho inaudito, propio solo de una raza salvaje é indómita, produjo el efecto consiguiente en el ánimo del capitán y de los pocos soldados que tenía á sus órdenes. Siendo rotas las treguas y ávidos de venganza, no hubo perdón ni misericordia.

Decíase en estos que Jacobo había prestado un gran servicio al partido restaurador, echando a pique con ciertos misteriosos papelitos a tres personajes intrigantes y tramposos que, ávidos siempre de poder y dinero, habían querido en Biarritz, después de la caída de Amadeo, injerirse traidoramente en la restauración del trono, que ellos mismos habían contribuido a hundir cinco años antes.

La sultana, aunque cada día más altiva y desdeñosa, todavía le consentía apoyar la barba en su regazo y contemplarla largos ratos fijamente. Aquellos ojos ardientes y ávidos demandaban tímidamente una caricia. Petra era cada vez menos expresiva; pero aunque de mala gana y con semblante hosco, aún se dignaba hacérselas.