United States or Papua New Guinea ? Vote for the TOP Country of the Week !


Es que tamién está ya la luz ayí respondió la mujer que no se había movido del vano de la puerta. ¡Acabaras de resollar!... Pues entonces, dáca el farol y quédate aquí a cuidar de estos potingues... ¡Mira, mira cómo se va esa olla!... ¡Quítale la cobertera en el aire y échala un poco atrás!

Cuando la mujer da en torcerse como la tuya, mucho palo; si con él no sale á flote, ó échala á pique de una vez, ó cuélgate de una gavia. ¡Si le digo á usté, hombre de Dios, que la he solfeao too el cuerpo á leña..... Pues ahórcate entonces, y déjame en paz y en gracia de Dios tejer estas mallas, que por no perder la paciencia no me he querido casar yo, ¡tiña, retiña!

Oye, Quintín, ahora te digo, que haces bien en buscar carne fresca fuera de casa, porque tu parienta está mojama. Anda, calzonazos, échala o me marcho.

Conozco la autoridad despótica que ese bribón ejerce sobre la desgraciada mujer. La fascina, la aturde, la espanta. Me la escamoteó en mis barbas, en San Francisco, con una destreza prodigiosa. Es hombre para encontrar un medio de alejarla y, después, ¡échala un galgo!

30 Y si tu mano derecha te fuere ocasión de caer, córtala, y échala de ti; que mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al quemadero. 31 También fue dicho: Cualquiera que repudiare a su mujer, déle carta de divorcio.

Cuando la mujer da en torcerse, como la tuya, mucho palo; si con él no sale á flote, ó échala á pique de una vez, ó cuélgate de una gabia. ¡Si le digo á usté, hombre de Dios, que la he solfeao too el cuerpo á leña; que le he puesto la cara á morrás más negra que la tinta de un magano!...

Y ši tu ojo derecho te fuére ocašion de caer, cortala, y echala de ti: que mejor te es, que še pierda uno de tus miembros, que no que todo tu cuerpo šea echado al quemadero. Tambien fue dicho, Qualquiera que embi

Y su asombro, su sorpresa, no le permitieron lanzar otra exclamación. Luego se encolerizó. ¡Echala!... Que la agarren dos hombres y la pongan en el muelle, aunque sea á viva fuerza. Pero Tòni vacilaba, no atreviéndose á cumplir tales órdenes, y el impetuoso Ferragut se lanzó fuera del camarote para realizar por mismo lo que había mandado.