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Agreguemos que carece de fortuna y que, por consiguiente, su matrimonio es un matrimonio de amor. Reconócese un matrimonio de amor en que el novio aporta la fortuna y adopta el régimen de la comunidad: a esto se reduce el heroísmo del paladín moderno; puede arrepentirse de su gallardía más tarde, a la hora del divorcio.

Juan recibió orden de enganchar; y, un cuarto de hora más tarde, llevaba a mi desposada de doce horas a Gorowen, al lado de mi hermana, bajo la égida de quien debía permanecer hasta que el divorcio hubiera sido concedido; por nada del mundo quería volver ella a la casa de su padre... Lotario me preguntó con toda candidez si no podía acompañarnos. ¡Lárgate de aquí cuanto antes, mocoso! le dije.

Cuando la conocí, llegaba de Florencia de donde había tenido que alejarse á consecuencia del escándalo del divorcio con su marido, el caballero San Martino, ayudante de campo del conde de Turín. Era una admirable rubia de ojos negros, alta estatura y manos aristocráticas, cuya aparición producía en todas partes una sensación profunda.

Es, pues, cosa de risa el prurito de los yankees, su mal disimulado deseo de arrebatárnoslos ahora. Y si no pretenden esto, si no aspiran sino á un nuevo divorcio entre ambos hemisferios ¿qué significa la doctrina de Monroe?

Creían adivinarse en los ojos sus respectivos pensamientos. Se divorciará apenas lleguemos á Nueva York.... Mejor: volveré á dedicarme á la cinematografía. Pero esto representaba para Gould un suplicio. ¡Separarse de Mina, á la que amaba ahora más que antes, con la ternura de la gratitud y la amargura del remordimiento!... Ella también pensaba en el divorcio.

Enrique declara solemnemente que su casamiento con Catalina es nulo, y que su hija María será la heredera legítima de la corona de Inglaterra. Dice, al terminar, que la cabeza de cualquiera, que no encuentre bastante sólidas las razones que le asisten para el divorcio, será separada inmediatamente del tronco. Carlos, asustado, lleva precipitadamente esta noticia á la corte de Francia.

Pero no lo es, todo el mundo lo sabe, y lo yo también... Divorcio consumado. Más vale así. Yo no debí casarme contigo. Bien lo pagué perdiendo la razón. ¿Qué debo hacer ahora que la he recobrado? Pues ver las cosas de muy alto, y acatar los hechos, y observar las lecciones tremendas que da Dios a las criaturas... Antes me las dio a ... ahora a ti. Prepárate.

Con ella vi los hechos; con ella descubrí lo que mi familia me ocultaba; con ella reconstruí mi ser, que había pasado por tantos cataclismos; con ella me penetré bien de nuestro divorcio y deseché dos y hasta tres veces la idea de homicidio; con ella pude llegar a considerarte mujer extraña, madre de hijos que yo no podía tener, y con ella me he revestido de serenidad y conformidad. ¿No te admiras de verme como me ves?

Y además, hay nuestro asunto, mi divorcio, nuestro casamiento, que puede realizarse el año que viene... ¡Y todo esto vendría á estorbarlo y cortarlo una guerra! No, no es posible. Son cosas de mi hermano y de otros como él, que sueñan con el peligro de Alemania.

Los enemigos de la revolución afirmaban que era más urgente que el divorcio dar una ley obligando á las parejas á casarse, pues la mayoría de las gentes del país, para evitar gastos y molestias, prescindían de las formalidades del matrimonio, viviendo en estado natural, como sus ascendientes. Pero Doroteo se sentía ahora satisfecho de haber dado su sangre por el triunfo del divorcio.