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Actualizado: 22 de junio de 2025
Pero la vejez no había de desmentirse, y un día de Diciembre del 69 fue notada la falta del grande hombre en los círculos a donde solía ir. Pronto corrió la voz de que estaba malo, y cuantos le conocían sintieron vivísimo interés por él.
No bastaba, sin embargo, lo que había hecho para ponerlo a la altura de su ideal. Belinchón siempre había seguido con vivísimo interés en los periódicos de París aquellas polémicas personales que rara vez dejaban de terminar con un duelo.
Llegado al cilindro por donde pensaban arrojar el cadáver del Rey, sentí bajo mis pies el reborde que allí formaban los cimientos; y haciendo pie me incliné bajo el enorme tubo, traté en vano de moverlo y esperé. Recuerdo que en aquellos momentos pareció disiparse toda mi ansiedad por el Rey y aun mi amor a Flavia, para no pensar más que en una cosa: el deseo vivísimo de fumar.
Currita sintió un movimiento de gozo vivísimo que le pareció el presentimiento del triunfo; los carruajes de la corte saldrían, por el buen tiempo, descubiertos, y sin duda irían después de la Salve a dar una vuelta por la Castellana, donde todo el mundo elegante tendría ocasión de verla y contemplarla en su honorífico puesto... Algo la espantaba, sin embargo: la idea de que iba a serle forzoso pasar por aquel mismo trayecto que había recorrido con Jacobo la noche funesta, por aquella misma iglesia ante la cual pronunció su última palabra, por aquella esquina en que le había visto caer lanzando un gemido de agonía... Mas ¿qué iba a hacer ella? ¿Enterrarse en vida a los cuarenta y cinco años? ¿Dejar por escrúpulos sentimentales que le arrebatase una calumnia el prestigio, la soberanía suprema, el cetro de la elegancia y el buen tono que, a pesar de mil vergüenzas verdaderas, había conservado en su mano hasta entonces?...
La otra potencia de que se valía doña Inés, sin estudio, espontánea y sencillamente para blanquear y hasta para dorar la tenebrosa negrura de su concepto schopenhaueriano del mundo, era el sentimiento vivísimo y atinado, fuente inexhausta de puros deleites, con que percibía su alma toda belleza, tanto espiritual cuanto corpórea. Llamar a esto buen gusto me parece poco.
El joven corrió á la cuerda y se deslizó por ella con gran presteza; las piedras lanzadas por las hondas enemigas se estrellaban contra la roca, una le rozó los cabellos y por fin otra le alcanzó en un costado, ocasionándole vivísimo dolor.
Los materiales le han venido de afuera; pero ¿de qué habrian servido sin ese vivísimo foco de actividad que los trasformaba y que sacaba de ellos productos nuevos y exquisitos?
Ya son las innumerables plantaciones de moreras enanas, que brindan su alimento al gusano fabricante de la seda, y hacen un bello contraste por su verde oscuro y vigoroso, ordenadas en calles que se cruzan en todas direcciones, con el verde claro y vivísimo de los almendros ó el casi amarillo de los viñedos intermediarios que comienzan á abrir sus primeras hojas.
Currita sintió un movimiento de ira, que se transformó al punto en dolor profundo, en dolor vivísimo que jamás había sentido, allá en el fondo de sus entrañas de madre... Sus ojos se llenaron de lágrimas, atrajo hacia sí a la niña, separóle del rostro ambas manos, y besándola en la frente, díjole con mucho cariño: Pero lo recogeremos al paso, tonta, y nos iremos a París todos juntos.
Simón Princetot no me ha hecho confidencia alguna... Mis palabras no tienen otro motivo que el vivísimo y simpático interés que siento por usted, señora mía... Volvamos ahora a sus escrúpulos. En realidad, si duda usted y vacila en seguir su propia inclinación, no es sino por el temor de lo que han de decir las gentes... Camila convino en ello con toda franqueza.
Palabra del Dia
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