United States or Bolivia ? Vote for the TOP Country of the Week !


4 La dicha por el desprecio, de D. Juan de Matos Fragoso. 5 El veneno para , de un ingenio de esta corte. 6 El vaquero emperador, de D. Juan de Matos Fragoso, de D. Juan Diamante y de D. Andrés Gil Enríquez. 7 La cosaria catalana, de D. Juan de Matos Fragoso. 8 Las mocedades del Cid, fiesta que se representó á SS. MM. el martes de Carnestolendas, de D. Jerónimo Cáncer.

El mejor alcalde, el Rey. La carbonera. La niña de plata. La corona merecida. El vaquero de Moraña. El duque de Viseo. El castigo sin venganza.

1 El vaquero de Granada, de D. Juan Bautista Diamante. 2 La dicha del carbonero y Lorenzo me llamo, la nueva, de D. Juan de Matos Fragoso. 3 Hay culpa en que no hay delito, de D. Román Montero de Espinosa. 4 El mancebo del camino, de D. Juan Bautista Diamante. 5 Los sucesos de tres horas, de Luis de Oviedo. 6 Fiar de Dios, de D. Antonio Martínez y D. Luis de Belmonte.

En la serie de dramas, que mezclan la historia con caracteres y situaciones fingidas, ó cuyo centro es tal que no penetra en la historia general, cuéntanse La hermosura aborrecida, Las aventuras de D. Juan de Alarcos, D. Beltrán de Aragón, El primer Fajardo, D. Juan de Castro, Quien más no puede, La corona merecida, El vaquero de Moraña, etc.

El capellán de la Iglesia-Hospital de la Anunciación, Miguel González Vaquero, hablaba con el dominico Crisóstomo del Peso, de los milagros de doña María Vela, monja de Santa Ana. El capellán gozaba fama de santo. Su palidez cenicienta hacía pensar en terribles austeridades, y a la vez, sus grandes ojos claros emanaban conmovedora dulzura.

No tuvo lugar de responder el vaquero, ni don Quijote le tuvo de desviarse, aunque quisiera; y así, el tropel de los toros bravos y el de los mansos cabestros, con la multitud de los vaqueros y otras gentes que a encerrar los llevaban a un lugar donde otro día habían de correrse, pasaron sobre don Quijote, y sobre Sancho, Rocinante y el rucio, dando con todos ellos en tierra, echándole a rodar por el suelo.

Allí pasó la niñez y llegó a la adolescencia Fermín, a quien su madre había deseado hacer clérigo. «Pastor y vaquero ha de ser, como su abuelo y como su padre», gritaba el licenciado cada vez que la madre hablaba de mandar al niño a aprender latín con el cura de Matalerejo. El comercio de ganado no fue mejor que el de vino.

Peribáñez y el comendador de Ocaña. Los comendadores de Córdoba y Fuente-Ovejuna. El Hidalgo abencerraje. La envidia de la nobleza y el cerco de Santa Fe. Las cuentas del Gran capitán. El Nuevo Mundo descubierto, y algunas otras. 33 CAPÍTULO XIV. La Estrella de Sevilla. Porfiar hasta morir. El mejor alcalde, el Rey. La carbonera. La niña de plata. La corona merecida. El vaquero de Moraña.

El vaquero de Moraña es un drama de los más interesantes, y lleno de encantadoras descripciones pastoriles. Un Conde, que reside en la corte de León, mantiene relaciones amorosas con una hermana del rey Bermudo, por cuyo motivo excita contra el odio del Rey; huye, pues, con su amada, y ambos, disfrazados de labradores, se refugian en la casa de un campesino, en el valle de Moraña.

Subió en el asno sin poner pie en el estribo; veníale el sayo vaquero que parecía haberse hecho para él, y como tenía aquella presencia, nadie le veía con los Cristos delante que no le juzgase por ahorcado.