United States or Kenya ? Vote for the TOP Country of the Week !


Temieron el disfavor, y llegándole el muchacho que le traía el carretón a la mesa donde se jugaba, pidió cartas.

12 Y meditaba en todas tus obras, y hablaba de tus hechos. 16 Te vieron las aguas, oh Dios; te vieron las aguas, temieron; y temblaron los abismos. 17 Las nubes echaron inundaciones de aguas; tronaron los cielos, y discurrieron tus rayos. 1 Masquil de Asaf. Escucha, pueblo mío, mi ley; inclinad vuestro oído a las palabras de mi boca.

Los convidados, que sabían bien lo que pasaba, temieron una escena desagradable y no insistieron. Pero la alegría no se enfrió por eso. El señor Rafael tomó la guitarra exclamando: Ya me han conocío ustedes como bailarín. Ahora van á conocerme como músico.

Arrojáronse de los caballos Claudia y Roque, llegáronse a él, temieron los criados la presencia de Roque, y Claudia se turbó en ver la de don Vicente; y así, entre enternecida y rigurosa, se llegó a él, y asiéndole de las manos, le dijo: -Si me dieras éstas, conforme a nuestro concierto, nunca te vieras en este paso.

Nadie conocía su fatal propósito, y no obstante, todos temieron que Amaury fuese quizás a dirigir al mundo su último saludo como los antiguos gladiadores romanos saludaban al César con las famosas palabras: «¡Ave, César! ¡morituri te salutant

No se siguió el alcance, porque entendieron siempre que á los Griegos les quedaban fuerzas enteras para volver segunda vez á pelear, y temieron alguna emboscada, según Pachimerio dice, y añade, que fué particular providencia de Dios el miedo que tuvieron los Catalanes de la emboscada, para detenerles que no ejecutasen la victoria, donde perecieran muchos más; y Miguel llegara á sus manos.

45 Oyendo los príncipes de los sacerdotes y los fariseos sus parábolas, entendieron que hablaba de ellos. 46 Y buscando cómo echarle mano, temieron al pueblo; porque le tenían por profeta. 1 Y respondiendo Jesús, les volvió a hablar en parábolas, diciendo: 3 y envió sus siervos para que llamasen los invitados a las bodas; pero no quisieron venir.

Berenguer con serviles prisiones fué llevado con algunos caballeros de su compañia á Pera; y porque temieron que Andronico no se les quitase para satisfacer en su persona los daños recibidos, le pasaron á la Ciudad de Trapisonda, puesta en la ribera del mar de Ponto, donde los Genoveses tenian factoria, y le tuvieron en ella hasta que las galeras volvieron.

Dejáronles salir y quedaron diciendo que siempre lo temieron. Contaban al catalán y al portugués lo de aquellos que me venían a buscar; decían entrambos que eran demonios y que yo tenía familiar. Y cuando les contaban del dinero que yo había contado, decían que parecía dinero pero no lo era; de ninguna suerte persuadiéronse a ello. Yo saqué mi ropa y comida horra.

Un segundo más de lo regular basta á concluir la paciencia de un auditorio y á trocar su interés en hastío. Lázaro vió pasar este segundo sin notarlo. Indudablemente no se comprendieron el uno al otro. ¿Se despreciaron mutuamente? ¿Se temieron mutuamente? Tal vez empezaron por temerse; pero es lo cierto que acabaron por despreciarse.