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Actualizado: 17 de julio de 2025
Ni cinco minutos tuvieron que esperar, porque al punto entraron dos madres que ya estaban avisadas, y casi pisándoles los talones entró el señor capellán, un hombrón muy campechano y que de todo se reía. Llamábase D. León Pintado, y en nada correspondía la persona al nombre. Nicolás Rubín y aquel pasmarote tan grande y tan jovial se abrazaron y se saludaron tuteándose.
La cantante, alarmada, se aproximó á la portezuela, se inclinó hacia el interior y dijo, volviéndose hacia el cochero: Plaza del... Giró sobre sus talones, entró como un relámpago en el vestíbulo y desapareció. El coche dió la vuelta y partió rápidamente sin que me fuese posible ver al que le ocupaba. El portero se aproximó y me dijo. Hermosa mujer, milord.
No, no has sido infiel... Encuentro aún mi perfume... ¡Oh Ulises! ¡héroe mío!... Le besó con aquel beso absorbente que parecía apropiarse toda la vida de él, obscureciendo su pensamiento, anulando su voluntad, haciéndole temblar del occipucio á los talones. Todo quedó olvidado: ofensas, despechos, propósitos de partida... Y cayó, como siempre, vencido bajo la caricia vampiresca.
17 Será Dan serpiente junto al camino, cerasta junto a la senda, que muerde los talones de los caballos, y hace caer por detrás al cabalgador de ellos. 18 Tu salud esperé, oh SE
Fermín asomó la cabeza al cuarto de la juerga, y después de aceptar una copa de Dupont huyó de éste, que intentaba cogerle por las solapas, para que se quedase. Antes de media tarde llegó Fermín a Marchamalo. Rafael le llevó en las ancas de su jaca. Su impaciencia le hacía mover nerviosamente los talones, espoleando al animal.
El portugués giró sobre sus talones y se puso a caminar hacia el naciente. Segura estoy dijo la anciana a Ramiro que este perro vase agora a juntar con Gonzalo, que le espera hacia aquella parte agregó, señalando en la dirección de Santo Tomás: Algún lazo os quieren armar, señor caballero. Aixa le reveló por fin un modo más oculto de llegar hasta ella.
Unas veces reía de su propia credulidad, desechando como el más grande de los absurdos las palabras del moro; otras llegaba a sentir total convencimiento, y se sorprendía de no haber concebido hasta ahora ninguna sospecha en medio de tantos indicios. De pronto, el mismo horror de aquella incertidumbre, le yergue sobre los talones. Enciende la candileja.
De estos indios cuentan los Guaranís algunas patrañas, ocasionadas del miedo que les tienen; una de ellas es que sus pies no tienen dedos, y que en ellos tienen dos talones o calcañales, y que así no se puede conocer por las pisadas si van o vienen.
Entonces aquellos desgraciados, pálidos y maltrechos, se miraron con espanto, y de un brinco se plantaron en la playa, echando a correr con toda la velocidad de sus piernas, como si el gitano les pisara los talones.
Además de la administración de Reynoso y Escudero tenía alguna otra y se ocupaba en negocios como agente privado. Menos a la Bolsa, a todas partes se hacía acompañar por su esposa que estaba ya enterada de bonos, pagarés, cheques, talones y resguardos como un consumado zurupeto.
Palabra del Dia
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