Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 4 de junio de 2025


Abierta la puerta, estuve á punto de ser volteado por Mervyn que se precipitó por entre mis piernas, y vi á la señorita Margarita que se ocupaba en atar las riendas de su caballo á las barras de un cercado. Buenos días, señor me dijo sin mostrar la menor sorpresa por hallarme allí. Luego, levantando en su brazo los largos pliegues de su saya talar, entró en el jardín.

En las plazas públicas de Susa se veneraba su imagen, coronada la cabeza de una mitra con quince cuernos, en razón de las quince virtudes capitales que resplandecieron en él, y vestido el cuerpo de un ropaje talar lleno de otros símbolos más extraños aún en nuestros días, aunque entonces no lo fuesen.

Don Álvaro disimuló difícilmente el bochorno. «¡Mayor puerilidad! pero estaba avergonzado de veras». Además, él, que miraba a los curas como flacas mujeres, como un sexo débil especial a causa del traje talar y la lenidad que les imponen los cánones, acababa de ver en el Magistral un atleta; un hombre muy capaz de matarle de un puñetazo si llegaba esta ocasión inverosímil.

Al mismo tiempo que Montaner hizo tan buena suerte contra Jorge, Rocafort, y Fernan Jiménez de Arenós juntaron la gente que estaba dividida en Pacía, Rodesto y Módico, y entraron por Thracia hacia el mar mayor, haciendo lo que siempre, pegando fuego á los lugares después de saqueados y de talar y abrasar los frutos de las campañas, cautivar, matar y jamas aflojando en su venganza.

Este señorón andaba algo picado con el Cabildo Catedral por diversas causas, y deseando hacer ostensión de lo que valía y de cuánto era su poder, el día 14 de Agosto del citado año, en el cual celebrábase en la Basílica sevillana una gran fiesta por cierta bula que había concedido el Papa, y el templo estaba lleno de autoridades, de personajes y de muchos fieles y fielas, presentóse el inquisidor á manera de principote indio, rodeado de criados y seguido de un paje que le llevaba la falda del traje talar.

Sobre todo esto, para ir a misa o a cualquier otra ceremonia o visita de cumplido, se pone mi paisano la capa. Sería una falta de decoro, casi un desacato, presentarse sin ella aunque señale el termómetro treinta grados de calor. En efecto, la capa, como toda vestidura talar y rozagante, presta a la persona cierta amplitud, entono y prosopopeya.

Había entrado Riquín paso a paso, porque sus piernas eran cortas y débiles. Se le había desatado el faldellín, corriéndose por la cintura abajo. Estaba, pues, en traje talar que le arrastraba, y por los bordes de él asomaban sus patitas vacilantes.

Palabra del Dia

ayudantes

Otros Mirando