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Actualizado: 10 de junio de 2025
La cuestión ahora era bajar hasta la vega desde la enriscada cumbre o viso en que estaban. Harto se afanaron por conseguirlo, pero lo consiguieron al fin dando muchas vueltas y describiendo muchas eses, para no despeñarse por los tajos de aquella agria ladera.
Ah, con vos se renueva la memoria de aquellos buenos tiempos. ¡Qué aventuras, qué tajos y qué guerreros! ¿Os acordáis? Sí á fe mía. Felices días y gloriosos triunfos aquellos. Pero tampoco nos faltaron tribulaciones y pesares. ¿Recordáis lo que nos pasó en Medoc?
Prenda muy apropósito era el tupido manto para las aventuras y galanteros, que como dijo el poeta «siempre el manto fué en España tapa enredijos de amor....» y con harta frecuencia los autores de aquellos tiempos se lamentaban de los lances á que el uso de tal prenda daba lugar y en los cuales había con frecuencia tajos y cuchilladas de galanes rivales ó de burlados esposos y amantes.
Finalmente, Me robaron a mi prenda amada, Y allí me pareció que alguna fuente Lloró también y murmuró turbada. Llevaba yo, ¡cuán lejos de valiente! Con rota vaina una mohosa espada; Llegué al árbol más alto, y a reveses Y tajos igualé sus blancas mieses.
Esgrimían contra el enemigo invisible sus lanzas y sus mazas llamadas «macanas», arrojaban sus boleadoras, correas terminadas por dos esferas de piedra que volteaban en el aire para envolver al adversario, acompañaban con aullidos sus botes, tajos y estocadas, y las mujeres y los pequeñuelos, marchando á pie, se unían á esta ofensiva general dando palos y puñetazos al aire.
"¿Es posible le dije yo que hay matemática en eso?" Dijo: "No solamente matemática, mas teología, filosofía, música y medicina." "Esa postrera no lo dudo, pues se trata de matar en esa arte." "No os burléis me dijo , que ahora aprendéis la limpiadera contra la espada, haciendo los tajos mayores que comprehendan en sí las espirales de la espada."
Sin embargo, el periodista monárquico le tiró impensadamente un golpe a la cabeza; pero hubo de salirle caro, porque Miguel paró y contestó con tal rapidez, que si no rompe a tiempo le raja la cara. Desde entonces no tiró más tajos. La lucha se prolongó cerca de quince minutos sin resultado.
Por último, en la plana tercera, aún podían leerse dos o tres gacetillas referentes al egregio huésped. El Joven Sarriense se limitó a dar la noticia de su llegada en un gacetilla cortés y fría, titulada Bien venido. Pero a renglón seguido, y cogiendo la ocasión por los pelos, la emprendió como siempre a tajos y mandobles con sus enemigos.
Oíd el relato, hecho a tajos, de esa odisea milagrosa.
Preguntóme cúya era la espada que llevaba al lado; respondíle que mía y, mirándola, dijo: "Esos gavilanes habían de ser más largos para reparar los tajos que se forman sobre el centro de las estocadas." Y empezó a meter una parola tan grande, que me forzó a preguntarte qué materia profesaba. Díjome que él era diestro verdadero, y que lo haría bueno en cualquiera parte.
Palabra del Dia
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