United States or Western Sahara ? Vote for the TOP Country of the Week !


Hace un siglo que en cierta habitación reservada del teatro Vaudeville, de París, se conserva el sillón de aquella mujer extraordinaria que se llamó «la Montansier». El amigo que camina delante de nosotros, nos dice, deteniéndose y bajando un poco la voz: «...Aquí se sentaba la Montansier para dirigir sus ensayos».

12 Y alimentaba José a su padre y a sus hermanos, y a toda la casa de su padre, de pan, hasta la boca del niño. 14 Y recogió José todo el dinero que se halló en la tierra de Egipto y en la tierra de Canaán, por los alimentos que de él compraban; y metió José el dinero en casa del Faraón.

Aquellos que van sobre cubas con ruedas y velicómenes en las manos, dando carcajadas de risa, son sus gentiles hombres de la copa, que han sido taberneros de Corte primero.

Me insultó echándome en cara lo que constituía mi remordimiento secreto y me hirió en lo más sensible de mi ser. Retrocedí y no encontrando una palabra bastante despreciativa, la golpee en la cara con toda mi fuerza. Lanzó un agudo grito, se puso lívida y con los ojos echando llamas se arrojó á mi rechinando los dientes. Sentí sus dedos rodear mi garganta y perdí la respiración.

6 Porque gente subió a mi tierra, fuerte y sin número; sus dientes, dientes de león, y sus muelas, de león. 7 Asoló mi vid, y descortezó mi higuera; del todo la desnudó y derribó; sus ramas quedaron blancas. 8 Llora como joven vestida de cilicio por el marido de su juventud. 9 Pereció el presente y la libación de la Casa del SE

Si han de repetirse esas cosas tan enojosas, le ruego que no vuelva; seré siempre su amiga; pero no viéndonos, ganaremos usted y yo. Rafael se sentía avergonzado al ver que Leonora conocía sus secretos. Se creía en ridículo, y para salir del pasó afirmó con petulancia: No crea usted tales cosas; son chismes de enemigos.

Tenía esta señora, en la época de nuestro relato, cincuenta años, y según cálculos que hiciera sobre ciertas estadísticas de mortalidad, tenida en cuenta la longevidad de sus ascendientes, había venido a sacar en limpio que su existencia podría aún prolongarse cosa de treinta años, por término medio.

El trabajo es sin duda una ley sagrada, pues me basta hacer la más ligera aplicación de él, para sentir un no qué de contento y de serenidad. El hombre no ama al trabajo y sin embargo no puede desconocer sus inefables beneficios; cada día los experimenta, los goza, y al día siguiente vuelve á emprenderlo con la misma repugnancia.

Los varones, divididos en grupos, según las Facultades á que pertenecían sus maridos hembras, hablaban mal de los del grupo de enfrente. La esposa de un profesor de leyes provocaba cierto escándalo.

Además de sus inmensas riquezas, contaba con los privilegios del nacimiento, pudiendo elevar hasta ella á cualquier hombre, por bajo que estuviese. Alicia tenía una ambición: unir á su fortuna un gran título de vieja aristocracia para figurar en una corte, y este deseo lo perseguía á los quince años con una glacial tenacidad, disimulada por aturdimientos aparentes.