Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 28 de junio de 2025
Pero conociendo que por aquel medio eran inutiles sus diligencias, intentaron minarlo, sufriendo un fuego continuo, que se les hizo desde el castillo: á pesar del que, hubieran conseguido su intento, sino sale á socorrerle con un piquete el ayudante mayor, D. Francisco Castillo, reforzado con los rejones que mandaba D. Juan Monasterio, que lograron rechazarlos á mucha distancia.
Acudió Sancho Panza a socorrerle, a todo el correr de su asno, y cuando llegó halló que no se podía menear: tal fue el golpe que dio con él Rocinante. ¡Válame Dios! -dijo Sancho-. ¿No le dije yo a vuestra merced que mirase bien lo que hacía, que no eran sino molinos de viento, y no lo podía ignorar sino quien llevase otros tales en la cabeza?
Mas lo que yo podré hacer por serviros es lo que ahora diré: corred y decid a vuestro padre que se entretenga en esa batalla lo mejor que pudiere, y que no se deje vencer en ningún modo, en tanto que yo pido licencia a la princesa Micomicona para poder socorrerle en su cuita; que si ella me la da, tened por cierto que yo le sacaré della.
Aquél se sintió acometido de tal susto, repugnancia y horror que, después de vacilar unos momentos, perdió el sentido y se desplomó sobre el pavimento. Viéndole caer, la joven se levantó con presteza del lecho y acudió solícita a socorrerle.
Yo, que vi que de la camisa no se veía sino una ceja, dije: "Por Dios, señor, que si vuestra merced no aguarda a sus criados, yo no puedo socorrerle, porque vengo también atacado únicamente." "Si hace vuestra merced burla dijo él con las cachondas en la mano , vaya; porque no entiendo eso de los criados."
En vano gritaba, en vano prodigaba el juramento nacional y las ofertas de billetes de banco a los que viniesen a socorrerle. Tuvo que aguantarse en su prisión vegetal casi todo el chubasco. Al fin pasó la tormenta y volvió a salir la gente a la calle. Acudieron en su ayuda; pero la cosa no era tan fácil: hubo que traer sierras y hachas y cortar las ramas más gruesas.
Yo, que vi que de la camisa no se veía sino una ceja, y que traía tapado el rabo de medio ojo, le dije: -Por Dios, señor, si V. Md. no aguarda a sus criados, yo no puedo socorrerle, porque vengo también atacado únicamente. -Si hace V. Md. burla -dijo él, con las cachondas de la mano-, vaya, porque no entiendo eso de los criados.
Aflojó en el ataque, haciéndolo cada vez más débil y desordenado. Advertido el contrario, comenzó a tirarle frecuentes estocadas: apenas tenía fuerzas para pararlas. Al cabo, el robusto periodista le separó el sable con el suyo a viva fuerza, y le hundió la punta en el pecho. Miguel cayó soltando un chorro abundante de sangre. Todos se apresuraron a socorrerle.
Tal vez hubiera tenido que ceder su intrépido defensor Segurola, sino hubiese aparecido Reseguin, que venia á socorrerle con 5,000 hombres, llenos de entusiasmo por un triunfo que acababan de reportar en Yaco. Tantos trabajos habian postrado á este incansable oficial, que por primera vez desde su salida de Montevideo, se veia forzado á interrumpir sus tareas.
Palabra del Dia
Otros Mirando