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Su administración parroquial corrió á cargo de los franciscanos hasta el año 1696, en cuya época pasó al clero secular. En 1768 se encargó nuevamente aquella orden de su administración, siendo visita del pueblo de Donsol. En 1794, y á virtud de órdenes superiores, volvió al clero secular. Quipia, con sus barrios, tiene 2.386 almas, de las que tributan 1.136.

beben las almas graves y tranquilas el vino del ensueño y la quimera en el cálido vaso de la tarde. Octubre, 1908. Isla de los tesoros, Mindanao, isla fuerte de cristianos y moros, grande bajo el aliento del polífono mar; isla de bravas gestas y pugnas legendarias, que tiene por reductos las selvas milenarias y por vivac inmenso el campo secular.

La tradición de raza, la selección secular, la conciencia de una alta posición social que es necesario mantener irreprochable, la fortuna que aleja de las pequeñas miserias que marchitan el cuerpo y el alma, he ahí los elementos que se combinan para producir las mujeres que pasan ante mis ojos y aquellos hombres fuertes, esbeltos, correctos, que admiraba ayer en Hyde Park Corner.

Al tender la vista sobre la ciudad, en derredor, veia el país morisco; y abarcando todo el horizonte, la magnificencia del suelo español y las huellas de una lucha secular de civilizaciones distintas. En el centro de la ciudad lo pasado, la historia; al derredor la época moderna. En efecto, la parte central es la morisca.

La característica de la civilización greco-romana, que en veinte siglos preparó el terreno sobre el cual se extendieron, más tarde, en simple substitución, las civilizaciones cristiana y árabe, y lo que hizo posible su prodigiosa expansión sobre los países y los continentes vecinos, fue la circunstancia de que la religión regional, sin cosmología sagrada, sin dogmas teológicos y sin gerarquía eclesiástica no cohibiera mayormente el libre juego de las capacidades naturales, como la parte progresiva de la misma circunstancia en Inglaterra su tolerancia con las costumbres y las religiones particulares de los países conquistados hasta el punto de tener dos religiones oficiales en el mismo reino unido, constituido en cuna de la libertad y refugio de los perseguidos de toda la Europa, explica la incesante expansión inglesa; como la misma circunstancia, bruscamente producida en Francia sobre el orden político y militar, por la revolución del 89, y a que se refería Napoleón al decir que todo soldado llevaba en su mochila el bastón de mariscal de Francia, explica la inopinada expansión francesa y la epopeya napoleónica, como la misma circunstancia sobre el terreno educacional, comercial e industrial en Norte América explica su portentosa prosperidad; como el cristianismo sin la ciencia europea en Abisinia, y la ciencia europea sin cristianismo en el Japón, explican el estancamiento secular del primero y el prodigioso desenvolvimiento repentino del segundo; como la circunstancia inversa el fanatismo sin pensamiento y sin ciencia, en España y Portugal, explica a su vez, el estancamiento regresivo a la manera musulmana de aquel imperio ibérico en que no se ponía el sol, cuando aquello de que ha salido toda la potencialidad moderna el espíritu humano estaba aún en todas partes prisionero de los siglos pasados, como dice Ugarte; cuando la esperanza en los milagros de la fe obstruía en todas partes el advenimiento de los milagros de la ciencia y la inteligencia humanas.

Aquí pensaba yo lucirme describiendo las bellezas naturales de la isla, sus antiguallas, sus famosas ciudades, como Gnosos y Gortina, los vestigios del Laberinto donde estuvo encerrado el Minotauro, los esquivos lugares en que los dáctilos y los curetes bailaban sus danzas guerreras en torno del futuro monarca de los hombres y de los dioses, la sagrada caverna en que durmió su sueño secular Epiménides, y el punto en que se embarcó Ariadna con el falaz e ingrato Teseo, que luego la abandonó en Naxos, de donde la sacó en triunfo el dios Ditirambo con toda aquella comitiva estruendosa de faunos y de ménades, que tan gallardamente nos describen los poetas.

Buscaba impresión lejana de ellas, en la fisonomía de aquel agonizante secular, sobre sus grandes rasgos cuyo pálido relieve se dibujaba en la sombra, como el de una máscara de yeso, y sólo veía en ellos la gravedad y el reposo prematuros de la tumba. Por intervalos me aproximaba á la cabecera, para asegurarme si el soplo vital movía aún aquel pecho destruido.

Sus padres, no menos ilustres en la sangre que en la piedad, le criaron en el santo temor de Dios y devoción á la reina de los Ángeles; y descubriendo en él una índole que prometía grandes esperanzas para los adelantamientos de su familia, le enviaron en edad tierna á la Universidad de Salamanca, donde con la cultura de las ciencias se hiciese apto para conseguir alguna dignidad eclesiástica ó secular, según el estado que eligiese.

Lóndres, bajo ese aspecto, es la verdadera imágen de la civilizacion, del progreso, de la humanidad en su obra secular. La partícula parece insignificante y lo es aisladamente; pero la armonía y la cohesion providencial de todas las partículas producen la fuerza de la Creacion y de la humanidad y el admirable fenómeno de la civilizacion.

La alta tiene un aspecto curioso y original, por sus calles de arcadas macizas, oscuras y pesadas, sus casas de estructura antigua, semi-feudales, y sus fuentes de historia secular, análogas á las de Neuchâtel.