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Actualizado: 28 de junio de 2025


Al fin nos repusimos del terror, y Carranza, advirtiendo el buen efecto que sus palabras habían producido, arremetió de nuevo contra nosotros, y de tal modo se ensañó con D. Marcos, que pienso no le quedara hueso sano.

Esta noticia de la muerte de Rojas en el año de 1638 es muy singular; pero, por indudable que parezca, ha de suponerse que sólo una herida peligrosa, de la cual sanó el poeta, dió origen á ese rumor.

Abrió los ojos, sus divinos ojos obscuros, encendidos otra vez con un sano fulgor de alegría, y vió cómo la luna, al través de los vidrios descubiertos, ponía a los pies de su cama una pálida alfombra de luz que iluminaba tímidamente toda la habitación.

Quiso divertirse rezando con monótono canturreo las oraciones que le enseñó su madre, y que sólo recordaba a trozos, y le hicieron callar. ¿Es que intentaba fingirse loco? ¡A ver, mucho silencio! Le querían guardar entero, sano de cuerpo y espíritu, para que el verdugo no operase en carne averiada. ¡Loco!

Su alegría de hombre sano y bien equilibrado era comunicativa. Nadie dejaba de reirse cuando a él se le ocurría hacerlo. Aquella noche Ventura estaba muy amable y daba palmetazos en las espaldas a su marido pidiéndole que callase, que no podía comer en paz.

Digo eso, porque ya está más allá que acá. También don Pompeyo se ha portado con mucha energía, según dicen.... También... Pero estando sano es más fácil. Y como no va con él la cosa.... Morirá esta noche. El médico no ha vuelto. Somoza aseguraba que moriría esta tarde. Pues por eso no ha vuelto, porque se ha equivocado.... El cura dice que durará hasta mañana. Y muere de hambre.

Respondió entonces el hombre, deshaciéndose en lágrimas de consuelo y juntamente de dolor: «Confieso, Padre y Señor mío, mis pecados, que dejé mi legítima mujer y me volví á mi antigua amistad, de que fuertemente me pesa. Desapareció la visión; y vuelto en sus sentidos, se halló perfectamente sano.

Con todo esto, diéronme de comer, que estaba transido de hambre, y apenas me pudieron remediar. Y ansí, de poco en poco, a los quince días me levanté y estuve sin peligro, mas no sin hambre, y medio sano. Luego otro día que fui levantado, el señor mi amo me tomó por la mano y sacóme la puerta fuera y, puesto en la calle, díjome: Lázaro, de hoy más eres tuyo y no mío.

; pero ese muchacho.... Era tan sano y tan robusto como Andrés, y como él era joven y llevaba buenas recomendaciones.

Y, cuando esto no suceda, sino que el cielo piadoso le guarde y conserve sano y vivo, podrá ser que se quede en la mesma pobreza que antes estaba, y que sea menester que suceda uno y otro rencuentro, una y otra batalla, y que de todas salga vencedor, para medrar en algo; pero estos milagros vense raras veces.

Palabra del Dia

vorsado

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