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En un principio, la Iglesia, por entonces omnipotente, luchando contra la incredulidad naciente, consigue mantener la integridad de su explicación-credo, destruyendo o aplastando a los que, desde el Renacimiento, empiezan a excederla en capacidad mental, pero éstos siguen brotando en todas partes y en tal progresión que la guerra, la excomunión, el tormento y la hoguera, funcionando en el máximum, no bastan, al fin, para extirparlos, y a su turno, ella también empieza a batirse en retirada, ante la marea creciente de los curiosos insatisfechos con la última explicación de lo natural por lo sobrenatural.

Que se me dice, a lo mejor, pongo por caso, que esto es blanco... y que tal y demás, y que a me parece negro; pues con decir esto solo, ya se me acabó la cuerda, y no hallo el modo de seguir por esa ruta, como siguen otros, diciendo que arriba y que abajo... y que tal y demás».

La grande época de la arquitectura occidental es el siglo XIII: los dos siglos que le siguen se consumen en esfuerzos estériles, en agitaciones infecundas, en tentativas ilusorias, contradictorias entre , sin carácter, sin plan, sin forma, en que todo es indeciso é imprevisto.

De setiembre á marzo, alturas meridianas crecientes, salida y puesta más meridionales hasta el solsticio de diciembre, días crecientes, y más largos que las noches. Desde el solsticio de diciembre á marzo, vuelta del Sol hacia el ecuador y disminución de los días, que siguen siendo mayores que las noches. Tales son los hechos que todo el mundo puede observar en el espacio de un año.

Luego cosa es posible. Procurad, pues, conseguir el aplauso de todos, con la buena razon, Mentecatos, i no con el desacierto. Fingid con novedad i verosimilitud. Disponed con suspension i claridad. I desatad sin violencia que quando así alguna vez os corresponda el buen suceso, será bien raro; i este por lo menos, es el camino de acertar las más. Pero quan pocos le siguen.

El cura se hizo cargo entonces de la presencia de nuestro héroe, y exclamó dirigiéndole una mirada y una sonrisa ambiguas: ¡Calle! ¿También el señorito Octavio está por aquí? El señorito Octavio es muy fino. ¿Y cómo siguen sus señores padres, señorito? Muy bien, señor cura, ¿y usted cómo sigue? ¿Cómo quiere usted que siga un cura en estos tiempos, señorito?

Al hablar de los ríos debemos citar el Guadalaviar, o Guadi-Albiar, el Alfambra o Alhambra, tierra roja y el Turia: el primero, que significa río blanco, lleva sus aguas con aquel nombre hasta mezclarlas con las del segundo, y desde esta unión siguen las aguas por toda la vega, formando el río Turia.

Así es que los hombres de nuestros días, lo mismo que los de antiguos tiempos, siguen repitiendo, al contemplar las cumbres doradas por la luz, «¿cómo han podido alzarse hacia el cielo

El muerto era un perdido, la trataba mal; ahora la pobre muchacha compara... y no sabe qué hacer para tenerme contento. Ya habrás visto lo hacendosa y lo limpia que es. , tiene su casa como antes estaba la mía. De modo que siguen aburriéndote a fuerza de disgustos.

Yo he pensado siempre lo contrario, señor; los hombres jóvenes si valen es por lo que prometen para cuando sean viejos. Pero los viejos no prometen nada, señor, y en la vida hay que prometer siempre... para valer algo... ¡aunque después no se de nada! contestó don Casiano, riéndose. Es que ellos han dado y siguen dando.