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Actualizado: 1 de mayo de 2025


Todas las mañanas, al despertar, sufría un rudo choque en sus gustos. Lo primero que contemplaba era una habitación «sin personalidad», una vivienda que nada tenía de él, arreglada por las sirvientas con limpieza prolija y falta de lógica, que cambiaba incesantemente el emplazamiento de las cosas.

Habrá de armarse el tal con un escudo De gran paciencia y grande sufrimiento; Pedir á Dios favor muy á menudo; Mostrar con un sagaz contentamiento Amor á cada cual, por torpe y rudo Que sea, procurando que su intento Con el divino sea regulado, Con que en el gobernar será acertado.

Todo duerme bajo el polvo de la muerte Y la voz del tiempo rudo va segando nuestra raza". "En los pechos y en los brazos falta ya el viril denuedo Y en la frente el entusiasmo y en las bocas la palabra: Y la patria llora, llora, de sufrir el cautiverio, Y no hay hombres, no hay soldados, no hay valientes no hay espadas..."

Iba á levantarla del suelo con rudo tirón, á llevarla como un fardo leve fuera de la cámara, fuera del barco, arrojándola lejos lo mismo que si fuese un remordimiento.

Tembló la puerta con un rudo tirón que hizo abrir sus dos hojas á la vez, sacando el pestillo de la cerradura. La mujer, tenaz en sus deseos, se levantó prontamente, sin reparar en el dolor de la caída. Su ligereza sólo le pudo servir para ver cómo escapaba Ferragut después de recoger maquinalmente su sombrero. ¡Ulises!... ¡Ulises!...

Y la mocetona siguió tras él, sumisa como una oveja, formando rudo contraste aquella mujer grande, poderosa, de fuertes músculos, que parecía arrastrada por Teulaí, enteco, miserable y ruin, en el cual únicamente delataban el carácter los alfilerazos de extraña luz que despedían sus ojos. Marieta sabía de lo que era capaz. Hombres fuertes y valerosos habían caído vencidos por aquel mal bicho.

Era la imagen de la mujer del pueblo criada en los tugurios de los barrios obreros, en las grandes metrópolis: anémica por el aire mefítico del cubil donde nació, por la alimentación mala y deficiente; con el cuerpo escuálido, paralizadas en su desarrollo los gracias femeniles por el rudo trabajo realizado en plena niñez.

Esta veneración no cegaba al rudo comandante hasta el punto de hacerle desconocer los defectos de su maestro. Pierrefonds era capaz de dejarse matar si le exigían una mentira á cambio de la existencia; nunca recordaba haber faltado á la verdad voluntariamente; ¡y, en cambio, su admirado maestro!...

Ha llegado en línea recta como rudo andarín al término de un largo y difícil viaje. No es un grande hombre, es una gran voluntad. Es hoy punto de mira y ejemplo de muchos contemporáneos y es cosa rara una tal honradez, llegando bastante alto para dar a la buena gente ganas de imitarle.

Los Romanos á imitacion de los Griegos llamaron Sofistas á los que se aprovechaban de argucias, ó vanos argumentos. Es, pues, el sofisma un raciocinio que nada concluye, y tiene apariencia superficial de concluir. Hay algunos sofismas tan claros y tan fáciles de conocer, que el mas rudo los desecha por engañosos.

Palabra del Dia

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