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Actualizado: 22 de abril de 2025


Seguramente el verro pretendería inducirle a salir a la obscuridad con gritos de reto, con auquidos de desafío. Aunque le aúquen durante la noche, usted quieto, don Jaime. Yo conozco eso continuó el Capellanet con la importancia de un verro endurecido . Le gritará desde fuera, oculto en la maleza, con el arma preparada, y si sale, antes de que pueda verle le matará de un pistoletazo.

Algunos que avanzaban abombando el pecho con aire de reto y la cabeza descubierta sentían en torno de su frente el trágico despeinamiento de Medusa: un llamear de cabellos echados atrás, como si una fuerza invisible intentase arrancarlos. Transcurrían ahora largos espacios de tiempo sin que los vidrios reflejasen el paso de una persona. Pero algo nuevo vino a asomarse a la vez a todos ellos.

Una noche, conversando Pepe Guzmán con su amiga, y cuando ya ésta comenzaba a curarse de sus impaciencias mortificantes con la cuerda reflexión de que no hay tesoro que merezca este nombre si cuesta adquirirle más de lo que vale, con la serenidad y el aplomo de quien cumple así lo establecido en un programa, hizo él malicioso y experto galán punto redondo en los temas vagos que hasta allí le habían servido desde algunos meses antes para entretener las displicencias de Verónica, y la condujo de repente al terreno que tanto ambicionaba ella; quiero decir, volviendo al símil tan repetido, que la retó de nuevo y que hasta se puso en guardia.

Existía pendiente una apuesta ruidosa, en la que se interesaban todos los notables de Gallarta. El Chiquito de Ciérvana, el barrenador famoso, había recibido una especie de reto de un desconocido de Guipúzcoa, para que midiese sus fuerzas con él. El encuentro debía verificarse en Azpeitia, el centro de las fiestas vascas.

Todo el tiempo que permaneció allí habitó un toldo en el centro de un potrero de alfalfa, y ostentó, porque era ostentación meditada, el chiripá. Reto e insulto que hacía a una ciudad donde la mayor parte de los ciudadanos cabalgaban en silla inglesa, y donde los trajes y gustos bárbaros de la campaña eran detestados, por cuanto es una provincia exclusivamente agricultora.

No digo que sea buena, ni que sea mala; digo que es única, y admito el reto que para probar lo contrario se me haga. No hallo eso aquí. Me parece hallar prisa, aturdimiento, indeliberacion, exterioridad, lujo, boato: púrpura por fuera; por dentro es otra cosa. Es una gran botella que se destapa.

Blasco Ximeno, el del reto; Ximena Blázquez, la de los sombreros, y el famoso Nalvillos, casado con la mora Aja Galiana, y casi tan famoso como el Cid, eran sus antepasados.

Pirovani, que vacilaba hasta poco antes por creer disparatado el reto de Canterac, se levantó de su sillón con aire resuelto. Entonces dijo , si á usted le parece bien, no hay más que hablar. Me batiré con el francés y me batiré si es preciso con medio mundo, para que usted se convenza de que soy digno de su estimación.

Permaneció inmóvil hasta que salió de su error; pero se le escapó un grito de angustia y se puso a temblar murmurando: Valor y energía; y ya tiemblo y palidezco al solo pensar en su aparición. Se dejó caer en una silla. Sin duda una confianza nueva iba penetrando en ella, porque una sonrisa de reto se dibujó lentamente en sus labios, mientras una chispa de coraje brilló en sus ojos.

Febrer quiso mirar el reloj, pero sus manos no obedecían a su voluntad. Ya no brillaba en la sombra la punta rojiza del cigarro. Su cabeza había acabado por caer sobre la almohada; sus ojos se cerraron: oyó gritos de reto, tiros, maldiciones, pero esto fue en un estado anormal, como si viviese en otro mundo, donde los insultos y los ataques no despertaban su sensibilidad.

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