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Libres por completo en la influencia de la antigüedad están las obras dramáticas, que, con las de Torres Naharro y algunas de Gil Vicente, forman la segunda y más numerosa clase del repertorio del teatro español de este período: pero como ya hemos hablado de las principales, sólo nos resta hacer algunas breves indicaciones para apurar el asunto.

Poseía un repertorio completísimo de narraciones de disgustos domésticos entre lo más acomodado de la sociedad, que se complacía en contar oportunamente, y escribía revistas de bailes, detallando los trajes y prendidos de las damas. Llevaba las patillas teñidas de rubio y afeitado el bigote, que empezaba descaradamente a blanquear.

Si abrigamos alguna esperanza de que la dirección de los teatros, como ha sucedido á veces, pase poco á poco de las manos de los ignorantes á las de hombres entendidos, que se propongan formalmente su reforma, se nos presenta la cuestión de cuál será el mejor medio de formar y depurar el repertorio teatral.

Muéstrase muy agitado; va desde la alcoba al salón, desde el salón a la cocina, donde todo está preparado para el te, y desde la cocina al recibimiento. Está soberbiamente vestido con un pijama de seda azul, que pondría en peligro las mejores digestiones. Habla consigo mismo, como suele hacerse en las obras del antiguo repertorio.

Mientras, su querida vomitaba una sarta de injurias acompañadas de movimientos de caderas, risas sarcásticas y tal cual interjección del repertorio antiguo. Cuando llegó a poner el pie en el jardín, las mejillas de Clementina comenzaron a echar fuego. Se apoyó un instante en la columna de uno de los faroles, y en seguida se dió a correr como una loca hacia su coche.

«El primer acto cuenta Got, obtuvo muchos aplausos; pero los otros dos fueron silbados y pateados, especialmente el segundo. El peso de la batalla lo llevábamos Agustina y yo. Agustina, que no consigue acoplarse del todo al repertorio moderno, empezó á vacilar, como de costumbre, y acabó por perder la cabeza. Me quedé solo y vencido... ó casi vencido.

Dominado por tales pensamientos, subió la escalera estrecha y muy pina, de una casa de aspecto pobre y nada limpio, detúvose en un descansillo, tiró de un cordón mugriento y abriole Carolina; el prototipo de la corista que contratan las empresas, no por lo bonitas, sino por tener mucho repertorio y por no faltarles nunca quien pague con un ajuste el recuerdo de una conquista.

Pasaron horas y más horas, que por lo largas parecían noches empalmadas, sin días que las separasen, y la pluma acabó sus rezos y los volvió á empezar, y acabados de nuevo, y agotado todo el repertorio de oraciones que sabía, dijo otras que sacaba de su cabeza, hasta que al fin, no ocurriéndosele nada, aburrida de aburrirse, se dejó decir: «Vientecillo, me alegro de que no te hayas ido.

Y el que está algo al cabo de las letras en Colombia, aunque resida en Buenos Aires, conoce su numerosísima prensa, sus periódicos, sus revistas, sus escuelas literarias; la lucha entre conservadores y liberales, entre los grupos respectivamente encabezados por el Repertorio Colombiano y La Patria.

Era jefe de negociado en la prefectura de policía. La señora Chermidy le sirvió con sus propias manos una taza de te, al mismo tiempo que le dirigía una sonrisa inefable. Conversó largo tiempo con él, le obligó a agotar su repertorio y oyó con el mayor interés cuanto le plugo contarle.