Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 23 de mayo de 2025


Para otorgar su aplauso es preciso que el escritor le deslumbre o por el número de obras, o por su desmesurada magnitud, o por el relumbrón de los efectos, o con descripciones aparatosas y prolijos análisis de caracteres, tan prolijos como falsos, o con un lenguaje arcaico y pedantesco. El vulgo desprecia lo sincero, lo natural, lo armónico.

El autor sabria que se hallaba en una sociedad entusiasta por los relumbrones, y diria para sus adentros: ¿? pues allá va ese magnífico y sorprendente relumbron. EL DIOS DE LA ANTIG

Sólo en la edad madura es dado al artista emanciparse de los lazos con que su sensibilidad le ata al mundo fenomenal y adquirir la calma, la perfecta serenidad necesaria para concebir y penetrar en el carácter de sus semejantes. Asimismo deploro el empleo de ciertos efectos de relumbrón que hallarás en algunas de mis obras.

Ella tenía buen gusto y había amueblado su estancia, valiéndose de los mejores tapiceros, con muebles elegantes y hasta lujosos, pero sin relumbrón alguno.

El caballero de la barba se obstinaba en mirar a la calle por las rendijas de la persiana, dándose golpecitos de impaciencia en el muslo con el sombrero de copa. Las señoras, sin despegar los labios y con semblante de duelo, paseaban la mirada repetidas veces por todos los rincones de la sala, cual si tratasen de inventariar la multitud de objetos dorados que la adornaban con lujo de relumbrón.

Cuanto allí había era prueba de exquisito gusto, cultura y riqueza bien empleada. Indudablemente el lujo de relumbrón, las antiguallas falsificadas y los caprichos absurdos impuestos por la moda, no tenían entrada en aquella casa.

Hay mendigos; pero de un talante particular, á la moda, con su intríngulis y su busilis, el busilis que aquí reina en todo con dominio absoluto: mendigos de buen tono, de relumbron, con su poesía acomodada al género, con su aparato artístico: es decir, mendigos con la cara lavada por el palaustre de estas tierras; mendigos franceses.

Tan elocuente y expresivo estaba todo allí, que casi se ruborizaba de propia la jovenzuela al desnudarse para meterse en el cándido y esponjado lecho. ¡Lo que influye en los juicios y sentimientos humanos el relumbrón del aparato escénico!...

Nuestra estudiada coquetería es un género de este país, un afeite de este tocador; era otra especie de restaurant Vefour, en una palabra, era un relumbron, y por fuerza tenia que gustar en el pueblo de los relumbrones. Decididamente, exclamaria el mozo para su sayo: este es algun embajador de la república de la Plata, ó cosa así.

Ahora hay una mendicidad prohibida, una mendicidad afrentada; pero los pueblos, como los individuos, no pueden vivir sin su genio particular, y aquella ley, de puro ornato, de adobo y no otra cosa, era necesaria para dar á ese pueblo el relumbron que imperiosamente necesita el genio francés. ¡Pecador de ! Ahora me explico yo por qué los franceses son tan aficionados á la luz eléctrica.

Palabra del Dia

creolina

Otros Mirando