United States or Philippines ? Vote for the TOP Country of the Week !


Echó entonces él mismo la carta en el correo, y a las dos se acostó sin desnudarse del todo, para descansar hasta el alba.

Lucía, al desnudarse, vio sobre la mesa los paquetes de sus compras de ropa blanca. Se mudó con delicia, y acostose creyendo dormir como una bienaventurada, a semejanza de la noche anterior. Mas no gozó de tan regalado reposo, sino de un sueño inquieto y desigual.

-Pues, ¿para qué quiere vuestra merced desnudarse? -dijo Dorotea. -Para ver si tengo ese lunar que vuestro padre dijo -respondió don Quijote. -No hay para qué desnudarse -dijo Sancho-, que yo que tiene vuestra merced un lunar desas señas en la mitad del espinazo, que es señal de ser hombre fuerte.

En aquel movible salón me dijeron se colocarían biombos para vestirse y desnudarse tras ellos las señoras, y como las funciones habían de ser de muchas horas, también me aseguraron se establecerían allí varias carenderías.

Le habían invitado también a establecerse en Lúzaro, pero no quería: prefería vivir en Izarte. La vida de aquella gente era muy sencilla y muy pobre. Por las mañanas, el capitán y su hija solían recorrer la playa desierta, los dos descalzos. Había una cueva pequeña en las dunas con una puerta; allí, los días buenos, la chica entraba a desnudarse, se ponía un traje de baño y se metía en el mar.

Tenía que ayudar al maestro a desnudarse. Los del hotel se encargarían de enviar el despacho. No; quiero que seas . Yo esperaré... Debes poné otro telegrama. Ya sabes pa quién es: pa aquella señora, pa doña Zol. También «Sin noveá».

La cuadrilla, siguiendo la disciplina torera, aguantaba silenciosa esta charla en un extremo de la habitación. Mientras el maestro no diese su permiso, los «chicos» no podían ir a desnudarse y a comer.

Un ruido de pasos en el inmediato corredor le hizo volver al presente. Era un vecino que se retiraba. Nélida no tardaría en presentarse, y era ridículo que él la recibiese vistiendo aún el smoking de la comida. Luego de desnudarse se cubrió con un pijama, tomó un libro, y esperó leyendo y fumando. El interés de la lectura se apoderó de él al poco rato.

Tan elocuente y expresivo estaba todo allí, que casi se ruborizaba de propia la jovenzuela al desnudarse para meterse en el cándido y esponjado lecho. ¡Lo que influye en los juicios y sentimientos humanos el relumbrón del aparato escénico!...

El calesero, que era muy pillo, hizo gestos significativos para indicar que lord Gray había abusado del Montilla; pero a me constaba que no lo había probado aquel día. Quiero nadar dijo lacónicamente lord Gray, haciendo ademán de desnudarse.