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Actualizado: 27 de junio de 2025
Le habían hablado tanto del temor de Dios y tan poco de su propia madre, que le halagó la idea de ser ministro del Señor. El primer efecto de la enseñanza religiosa fue hacerle comprender que su porvenir correspondería a las esperanzas que abrigó viendo y envidiando a los que frecuentaban la casa de su protector.
Ya no necesitaba vagar en torno de la estatua de Ifigenia, pues yo también iba a desempeñar el papel augusto y sublime de la sacerdotisa. Este piadoso pensamiento hizo caer la agitación de mi alma, y con él me dormí. Cuando me desperté esa primera mañana, me sentí satisfecha, casi feliz. En mí reinaba una paz casi religiosa que no conocía ya, desde hacía un número infinito de años.
La cuestión religiosa es de actualidad en el mundo hoy más que nunca, y se habla por ahí de un renacimiento místico o religioso en la humanidad... Pero lo innegable es que la guerra ha puesto en discusión las viejas normas éticas que rigen la humanidad actual, y, en primer plano, las normas religiosas.
Cuando iban á recoger los frutos de la primera cosecha, una corporacion religiosa que tenía terrenos en el pueblo vecino, reclamó la propiedad de aquellos campos, alegando que se encontraban dentro de sus linderos, y para probarlo trató de plantar en el mismo momento sus jalones.
Se vestía con severa elegancia y notable sencillez. Era religiosa sin afectación ni fanatismo.
La igualdad que el Cristianismo y la Revolución coinciden en reconocer, está por bajo, o mejor dicho, está antes que toda doctrina religiosa o filosófica: es la igualdad radical y esencial de la naturaleza humana, con los derechos y deberes que de ella nacen y que en ella se fundan, con tal evidencia, que basta el sentido común para que la reconozcamos, si bien importa que la religión la consagre y que las leyes, revolucionarias o no, la sostengan y amparen contra la violencia y la injusticia.
Recuerdo que usaba un escapulario tamaño casi como un ladrillo, pero muy perfumado con heliotropo blanco, y dentro del cual escondía el retrato de su primer amante. Yo creo que era sinceramente religiosa.
Pero conviene no perder de vista el espíritu de esta época singular, tan dramática en sus diversas escenas, tan fatal por la uniformidad con que se cumplen los designios de la Providencia en todas las naciones europeas á un mismo tiempo, para saber apreciar los esfuerzos aislados de un arte que, estraño ya al poderoso resorte de la civilizacion religiosa, tiende á formularse de una manera local como los idiomas, como las costumbres, como las legislaciones, á medida que el sentimiento nacional se exalta y el individualismo político triunfa á costa de mil sangrientas batallas.
¿Pero si es una capota muy seria, muy religiosa? La mantilla, hija; lo tradicional, lo que llevaban las gentes buenas y antiguas, antes de que llegasen tantas maldades del extranjero.
Lo que cuento ocurría en la Primavera del 68, y el Jueves Santo de aquel año fue uno de los días en que más alborotaron. Don Francisco, santificador de las fiestas, asistió de gran etiqueta, con su cruz y todo, a la solemnidad religiosa en la capilla.
Palabra del Dia
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