Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 19 de julio de 2025
Lárgate a tu cocina, y déjanos en paz. Papitos se fue refunfuñando. ¿Qué traes por aquí? le preguntó Fortunata, que desde que la vio entrar, sentía palpitaciones muy fuertes. Pues nada... Estoy otra vez corriendo prendas, y aquí traigo unos mantones para que los vea esa tía pastelera... ¡Qué manera de hablar!
Anda, al pescante le dijo . ¿Es que tú no tienes sangre en las venas, sacristán de los demonios? le preguntó. Yo soy pacífico y no me gusta mezclarme en estas cosas ni hacer daño a nadie contestó refunfuñando. ¿No serás tú una monja disfrazada? No, soy un hombre. ¿No te habrás equivocado? No, soy un hombre, un pobre hombre, si le parece a usted mejor.
El viento pasaba con la hora en brazos por encima de la Plaza Mayor y se iba hasta Palacio, y aún más allá, cual si fuera mostrando la hora por toda la Villa y diciendo a sus habitantes: «Aquí tenéis las doce, tan guapas». Y luego tornaba para acá, ¡plam!... ¡ay!, era la última. El viento entonces se largaba refunfuñando.
El empleado, refunfuñando, comienza a remover enormes masas de papel, y al fin extrae el codiciado expediente. ¡Vaya... aquí está! ¡Hay una reposición de sellos! ¿Qué resolución tiene, señor? No puedo decírsela hasta que no me traiga usted tres sellos. Pero señor, soy una persona... Es inútil, señora; yo no quiero que me caiga una multa... ¡Traiga usted los sellos y sabrá la resolución!
Telva partía ya, refunfuñando. Telva, no te vayas, no me dejes sola. Tengo miedo. Después de una pausa: Vete, sí, Telva; vete. Sacaré fuerzas de flaqueza.... No te vayas. Tengo miedo, tengo miedo.... Bueno, ¿qué hago? Como no me parta en dos. Felicita se echó a llorar. Yo qué sé, yo qué sé. Párteme en dos a mí; deja una parte muerta aquí, y lleva la parte viva contigo.
Dupont olvidó su embriaguez, la echó a un lado para erguirse ante el amigo con toda la grandeza de su valor. ¡Hombre, justamente le hería en su parte más sensible!... Ya sabes, Ferminillo, que soy más valiente que tú; y que todo Jerez me tiene miedo. Vas a ver si necesito acompañantes. Tú, Chivo, ahueca. El valentón se resistió, refunfuñando.
Llené mi cartera de letras sobre Londres. Descendí a la calle con el furor de un buitre que hiende el aire en busca de su presa. Pasaba un carruaje vacío. Le detuve gritando: ¡A los toros! ¡Son diez reales, mi amo! Introduje la mano en la cartera cargada de millones y saqué las monedas que tenía: 75 céntimos... El cochero fustigó el anca de la yegua y siguió refunfuñando.
Llegó día en que Maxi se expresaba con una violencia muy opuesta a su carácter pacífico, y cuando no le contradecían, se contestaba él, echando leña por sí propio en la hoguera de su ira; y por fin se iba refunfuñando, cerraba con golpe formidable la puerta, y bajaba la escalera de cuatro en cuatro peldaños. Por las noches el lobo se trocaba en cordero.
Palabra del Dia
Otros Mirando