Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 11 de junio de 2025
Deste dicen que tuvo veinte mujeres, en las cuales hubo cincuenta hijos y hijas; del cual dicen no haber procurado más ser que le dejaron sus pasados. Y despues de los dias deste, sucedió en su lugar un hijo suyo que llaman Viracocha Inca, porque era muy amigable á los suyos y afable y los gobernaba en mucha quietud, dándoles siempre dádivas y haciéndoles mercedes.
No pareció mal al Rey lo que el Maestre y Visorrey demandaban, por amparar y favorecer una religión de tanta antigüedad y nobleza, con el amor y afición que lo había hecho la buena memoria del Emperador, su padre, y los Reyes de España, por el beneficio y quietud que resultaría á sus vasallos.
Se va a buscar un libro, un dulce y antiguo amigo y, sin querer, los ojos se desvían desde las primeras líneas; la mirada vaga, los párpados se abren y se cierran sin saber por qué. Es en esas horas de somnolencia y de dulce quietud cuando nuestros corazones se abren por sí mismos.
No te diré si tus airosos brazos Los gajos son de madreselva en flor Si se entreabren para dar abrazos Y al pino añoso visten con amor. Solo diré: «Jamas á tu cabeza Falte la eterna flor de la virtud, Ni la sonrisa falte á tu belleza, Ni al corazon le falte su quietud.» DE LA HIJA PÓSTUMA DE UN COMPA
Estaba seguro de que mientras no se moviese nada malo podía ocurrirle, y de que con sólo levantarse, con sólo moverse de su sitio, con sólo volver la cabeza, la desgracia terrible ocurriría inmediatamente. Pero una vez en pie, y habiendo comenzado a andar, no se atrevía ya a pararse, pues se le antojaba que el peligro estaba precisamente en la quietud.
Fingí hacer lo que hacía para observar más a mi gusto su cara. » Estás casi en ayunas la dije , y necesitas tomar algo que te conforte... ¿Quieres que almorcemos antes de salir yo?..., porque ya es hora. » Estoy muy bien me respondió impasible. No necesito nada, sino quietud... y silencio.
Cuando me son simpáticas las personas, siento en mí un algo que no me engaña nunca y me impulsa hacia ellas... Esta especie de confesión murmurada en la quietud de aquel sitio, donde el roce de los movientes verdores contra los cristales de las ventanas revelaban tan sólo la existencia del mundo exterior, aumentó todavía la emoción y las esperanzas de Francisco.
Desta gloria y desta quietud me vino a quitar una señora que, a mi parecer, llaman por ahí razón de estado, que cuando con ella se cumple se ha de descumplir con otras razones muchas.
Las persianas cerradas se abrían tras cortos intervalos, indicando el despertar de los señores, y los criados fingían acelerar la faena de borrar el desorden causado por la fiesta. Sólo en la habitación de Josefina reinaban todavía la quietud y el silencio.
El vástago de hierro chilló un instante, y las que estaban junto al estanque oyeron en lo profundo de la bomba una regurgitación tenue. El caño escupió un salivazo de agua, y todo quedó después en la misma quietud chicha y desesperante.
Palabra del Dia
Otros Mirando