United States or Costa Rica ? Vote for the TOP Country of the Week !


Y por otra parte, los diálogos entre Rafaela y Juan Maury, que Arturito había oído, y que versaban sobre historia, metafísica y otros objetos profundos, apartaban del pensamiento de Arturito toda sospecha de que los interlocutores pudieran enamorarse.

Los conocimientos tan vastos como profundos y selectos del autor; su buen gusto literario; su inmensa erudición y el cariño ferviente que profesa á España y á su literatura dramática, y sobre todo su buen juicio en todas las cuestiones que trata, hacen de su libro un monumento interesante de crítica histórica, que tendrá siempre valor y estimación.

Pero atendida la inmensidad de la escala que la experiencia nos pone á la vista, podemos conjeturar que la naturaleza es mucho mas rica de lo que nosotros nos imaginamos. Dejémosle sus profundos arcanos, y contentémonos con sospechar que existen.

El agua que penetra por todas las rendijas en el espesor de la montaña y la que sube en vapor desde los abismos profundos, sirven de principal vehículo á esos elementos que se atraen y se rechazan después, arrastrados por el gran torbellino de la vida geológica.

Desde la escalinata exterior á las puertas del teatro tuvo que responder á una serie de profundos saludos de los funcionarios, unos con kepis y dorados botones, otros de levita solemne, erguidos y dignos como notarios de comedia.

Eran los de todas las naciones en cuyos puertos tocaba el buque, añadiéndose a ellos los de Paraguay y Chile. Una cúpula de cristales de colores elevábase sobre el artesonado de oro obscuro. Profundos sillones de cuero se agrupaban en torno de las mesas de roble.

Y mire usted, esa fue la única desgracia que yo tuve; porque por lo demás, personas habrá felices, pero más de lo que yo lo fui.... Artegui posó en ella sus ojos dominadores y profundos. ¡Era usted feliz! repitió, como un eco del pensamiento de la niña. ¡Vaya! que lo era.

¡No hay que hacer de la vida un convidado de piedra, porque á lo mejor habla la sombra de D. Gonzalo! Mi mujer y yo hemos tenido un pesar grave. Á través de la más delicada reserva, entre palabras de consuelo con que el buen Lesperut se anima, hemos penetrado que su hijo Hipólito le ocasiona sinsabores profundos.

En seguida, y con presteza no menor, fue a la mesa, y tomando el candelero y entregándoselo a Ignacio, dijo en voz entera y tranquila: Alumbre usted. Artegui alumbró sin pronunciar palabra. Su sangre se había enfriado de pronto, y sólo le quedaba, de la terrible crisis, cansancio y melancolía más profundos que nunca. Cruzaron el dormitorio, el pasillo, sin despegar los labios.

Para no cansar, apareció por fin el Rey, hermoso, con humana y divina hermosura, barba larga y negra, aretes en las orejas, corona de oro que parecía tener por pedrería el sol, la luna y las estrellas. Verde era su traje, que por lo fino debía de ser obra de unas arañas muy pulidas que en los profundos senos de la tierra tejen con hebras de fuego.