United States or Uganda ? Vote for the TOP Country of the Week !


El amor había ahogado entonces todas las preocupaciones; pero ahora se trataba de una explotación deshonrosa, de una venta que sólo el suponerla le producía vergüenza y rubor. La altivez le hacía recobrar su puesto.

El frío se le iba metiendo por los huesos; el hambre le producía un fuerte dolor en el estómago.

Además, su hija Julia se criaba con tanto mimo y melindres, producía tales disturbios en la casa y originaba tantos disgustos, que en medio del amor de padre, que no muere nunca, el brigadier Rivera no podía menos de sentir hacia ella cierto leve rencor que la desgracia de Miguel contribuía a sostener.

Mi cabeza me producía una sensación extraña, como si no fuese exactamente la mía, sino, más bien, una cabeza parecida, que alguien me hubiese dado el encargo molesto de transportar hasta España. Juzgando con esta cabeza, tomé por una gran actriz a una señora que hablaba siempre de un modo muy enfático; pero ella me sacó pronto de mi error.

Le ha parecido a Vd. un despilfarro, ¿verdad? ¿Y con qué derecho podría yo pensar así? Vaya, pues deseo que me lo diga Vd.; le doy a Vd. carta blanca para que hable, vaya, que quiero que hable Vd. Era un capricho de niña mimada: curiosidad de saber por qué causa lo que a ella le parecía natural producía mala impresión en el prójimo.

Pero las dotes de Godofredo eran interiores y por lo mismo más sólidas. No sólo poseía alma pura y virginal y un cuerpo inmaculado, sino que su inteligencia, acalorada por el entusiasmo místico, producía hermosas obras, frescas y brillantes como las rosas de Mayo.

Al crecer, la chicuela no dejó de apercibirse de la impresión que producía en Juan, que permanecía extasiado ante su gentil personita, y supo darse aires dignos de una pequeña princesa acostumbrada a mandar y que quiere ser obedecida. Juan, se sometía, sin vacilar, a sus caprichos más fantásticos o imaginaciones más locas.

A pesar de que la gente pensaba que no había peligro para la niña, producía una horrible impresión ver las grandes y peludas garras del animal sobre las espaldas débiles de la niña. Después del número sensacional que no entusiasmó al público, entró la mujer en la jaula del león. La fiera debía estar enferma, porque la domadora no halló medio de que hiciese los ejercicios de costumbre.

Con igual aprovechamiento, mayor si cabe, cursó el joven los años de la facultad y ya desde el tercero empezó á curar con mucha suerte, cosa que no solo le preparaba un brillante porvenir sino que tambien le producía bastante para vestirse hasta con cierta elegancia y hacer algunas economías.

Había que sostenerse en la altura, empleando todos los medios; y después, que viniera todo, hasta aquello que sólo al pensarlo tanto rubor le producía.