United States or Myanmar ? Vote for the TOP Country of the Week !


No solo encuentran en Marianas recursos y consuelos los náufragos que logran tras miles de riesgos y privaciones, ganar las hospitalarias costas, sino que también cuantos llegan á ellas empujados por cualquier otra desgracia. Jamás, jamás en Marianas se ha cerrado la puerta al dolor, ni el consuelo al sufrimiento.

No fue por medio de un pacto contigo y con tus companeros por lo que adquiri un poder sobrenatural; fue mi ciencia superior, mis privaciones, mi audacia, mis dilatados desvelos, mi fuerza de alma y mi habilidad en descubrir los secretos de los tiempos antiguos en los que se veia a los hombres y a los espiritus marchar juntamente e ignorar injustos privilegios.

Sólo podía llorar por él: la falta de noticias; la inquietud al pensar que estaba prisionero, muy lejos, sufriendo toda clase de privaciones, y que tal vez no lo vería nunca. ¡Cómo le amas!... El príncipe se sorprendió de su propia voz y del tono con que dijo estas palabras.

Y usted, patrón, que es viejo para ir á la guerra, tendrá que comer como yo, con todos sus millones... Reconozca que esto es hermoso. Desnoyers no se ofendía por la maliciosa satisfacción que inspiraban al carpintero sus futuras privaciones. Estaba pensativo.

Las fatigas, las noches sin dormir y las privaciones habían tomado una gran parte en la enfermedad crítica que la edad le había aportado. Añadid a esto las angustias continuas de una madre que espera el último suspiro de su hija. La señora de La Tour de Embleuse sentía tanto o más los dolores de Germana que los suyos propios.

Renunciaba con gusto a aquella sombra de vida dentro de un estuche de piedra, atormentado por el mal físico y el miedo a la ferocidad de los hombres. Su estómago, herido por las privaciones, se negaba muchos días, con horribles náuseas, a recibir el pan áspero y el cazo de rancho. La larga inmovilidad, el enrarecimiento del aire, la escasa nutrición, le habían hecho caer en una anemia mortal.

Las casuchas cercanas al cerro eran de pobres que vivían en la peor miseria: ladrilleros casi todos, que sólo encontraban trabajo en verano. Los otros meses pasábanlos entre privaciones, pidiendo fiado en la tienda. No tenían otro recurso que merodear en la Casa de Campo, saltando la tapia para coger cardillos, que vendían en Madrid.

No diga usted eso dijo secamente la señora Aubry. Muy bien le iría con la pobreza á usted, que no se escasea ninguna dulzura, ningún refinamiento. Permítame, querida señora respondió la señora de Laroque; yo no aprecio en modo alguno los sacrificios estériles. El que yo me condenara á las privaciones más duras ¿á qué ó á quién aprovecharía?

Sus privaciones y vida de sufrimientos cuando niña, mientras su padre se encontraba ausente en el mar, y esos meses de fatiga y caminatas en busca de los molinetes de Inglaterra, habían hecho su efecto en ella. Para Mabel, el amor casi no era una pasión o sentimiento, sino más bien un encanto ilusorio, un sueño que un hechizo de hadas destruía o afirmaba a su capricho.

Por primera vez había salido la buena señora de su amada ciudad de Salta para ir en osada peregrinación más allá de los límites de la República, más allá del mar, a una tierra de la que regresaba con el ánimo desorientado, no atreviéndose a formular sus opiniones. «¡Y aquello era Europa!...» Ella, en su asombro, no osaba hablar mal; todo le infundía respeto; únicamente se quejaba de sus privaciones espirituales. «Esas tierras, señor, no son para nosotros; las gentes tienen otras creencias.