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Actualizado: 18 de mayo de 2025


Naturalmente, entre el bobalicón de Pablo Aquiles y ella se estableció, desde el primer día, una corriente de simpatía, que favorecieron Casilda y Gregoria, y más que todos Bernardino, como hombre sagaz que busca afianzar su prestigio.

Estos días está haciendo un tiempo magnífico, y, sin embargo, los alrededores de la ciudad se encuentran desiertos a todas horas. La Naturaleza ha perdido el prestigio en San Sebastián. Lo ha perdido... a la ruleta. Esto es una ladronera, una perfecta ladronera dice D. Salustiano . Ni por casualidad se gana. Va usted a ver... D. Salustiano coge una ficha de 20 pesetas y la arroja sobre la mesa.

Cruzáronse volantes y más volantes, hubo idas y venidas, dimes y diretes, juntas, cabildeos, discusiones, se habló hasta de insurreccion de los indios, de la indolencia, de razas inferiores y superiores, de prestigio y otras patrañas y despues de mucha chismografía y mucha murmuracion, el permiso se concedió y el P. Salví publicó una pastoral que nadie leyó sino el corrector de la imprenta.

Este había llegado a mirarle con cierta benevolencia. De los amantes de su mujer era el que había hallado más simpático y más inocente. Aunque niño en la apariencia, observaba que era inteligente, instruído, cualidades que hasta entre salvajes concede cierto prestigio a la persona. Nuestro joven había concluído por adaptarse bastante bien al medio en que hacía tiempo vivía.

Todas estas frases latinas alcanzaron un prestigio tan grande que se miraron como fórmula invocatoria irresistible para conquistar la voluntad divina y se llegaron a usar para titular alguna secta ridícula como la de los Colorum, cuyo nombre viene de la mala pronunciación del "Secula seculorum" con que terminan muchas oraciones latinas incomprensibles pero usadas por la ignorancia de muchos.

Pero, hijo, replica la señora, considere usted tanto dinero perdido en suelas. Hay para pensionar á muchos huérfanos y viudas para sostener el prestigio.

Precisamente añadió Pierrepont , tienes una hija... yo también puedo tener otra, tal vez un hijo, y ésos son afectos, distracciones que hacen olvidar a un hombre el eterno femenino: digo más: pueden revestir de cierto prestigio la edad madura de la vida... Es hermoso ver a un padre todavía joven llevando a sus hijos de la mano a paseo... ¡Bueno! qué quieres, vas a admirar mi candor... pero... pero siento como un vago deseo de amar siquiera una vez en la vida a una mujer honrada.

Con lo cual, y como justo castigo á cuanto rompe estúpidamente la inexorable ley de las proporciones, la figura capital, lejos de ser engrandecida y mejorada, pierde, por efecto de la sombra que sobre ella proyectan los demás, mucho de su orgulloso relieve y prestigio.

Aquél don Tadeo, amigo de su padre, que por pagar una deuda de gratitud se hizo primero cargo de la educación y luego del porvenir del chico, era honrado y bueno, pero fanático en opiniones políticas y creencias religiosas. Su exceso de fe y de realismo era sincero, e indiscutible su influencia y prestigio entre los partidarios de la legitimidad y la gente de iglesia en la región que habitaba.

Pero a esto se contesta que, aun siendo nosotros capaces de tales invenciones, no acertaríamos a darles valor, porque aún no tenemos el prestigio y la autoridad que se requieren.

Palabra del Dia

bagani

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