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Actualizado: 28 de mayo de 2025
Bajo el imperio de estas ilusiones, acogian todas las esperanzas, prestaban el oido á todas las sugestiones, y estaban siempre dispuestos á arrostrar los mayores peligros, cuando se les presentaban en un camino que podia conducirlos á la fortuna.
En todos los hombres que se le acercaban creía reconocer a don Diego; en todas las mujeres a la señora Chermidy. Sus discursos confusos eran una mezcla de frases de cariño y de imprecaciones. A cada momento preguntaba por su hijo. Le presentaban al pequeño marqués y lo rechazaba con disgusto diciendo: «No es éste. Traedme a mi hijo mayor, al hijo de esa mujer.
Se creía en sus momentos de fe egoísta, admirada por el Ojo invisible de la Providencia. El que todo lo ve y la veía a ella, estaba satisfecho, y la vanidad de la Regenta necesitaba esta convicción para no dejarse llevar de otros instintos, de otras voces que arrancándola de sus abstracciones, le presentaban imágenes plásticas de objetos del mundo, amables, llenas de vida y de calor.
Había testas enormes, que parecían temblar por su peso sobre el cuello delgado y débil; otras presentaban por detrás un ángulo recto, un corte radical, que denunciaba la anulación de gran parte de la masa encefálica.
León Pinelo en sus Anales de Madrid alaba "la estimación que le dió el pueblo dondequiera que estuvo, y particularmente en esta Corte, donde en oyéndole nombrar los que no le conocían se paraban en las calles a mirarle con atención, y otros que venían de fuera luego le buscaban y a veces le visitaban sólo por ver y conocer la mayor maravilla que tenía la Corte, y muchos le regalaban y presentaban alhajas sin más título que el de ser Lope de Vega, y si llegaba a comprar cualquiera cosa de mucha o poca calidad, en sabiendo que era Lope de Vega se la ofrecían dada o se la vendían con toda la cortesía y baja de valor que les era posible;... dieron en Madrid, más de veinte años antes que muriese, en decir por adagio a todo lo que querían celebrar o alabar por bueno, que era de Lope; los plateros, los pintores, los mercaderes, hasta las vendedoras de la plaza, por grande encarecimiento, pregonaban fruta de Lope, y un autor grave, que escribió la historia del señor don Juan de Austria, para levantar de punto la alabanza, dijo de uno que era capitán de Lope, y una mujer, viendo pasar su entierro, que fué grande, sin saber cúyo era, dijo que aquel era entierro de Lope, en que acertó dos veces". Quevedo, en la aprobación de las Rimas de Burguillos, se refiere también a este uso popular de calificar como de Lope a lo excelente: "Frey Lope Félix de Vega Carpio, cuyo nombre ha sido universalmente proverbio de todo lo bueno."
¿El capitán y la tripulación obedecerán? El capitán es inglés y no se dejará coger. Su gente es disciplinada y le obedecerá. Marenval dió un suspiro. Había previsto las dificultades y el peligro que se presentaban. Pero tomó valientemente su partido. Saldremos adelante, dijo. Hasta ahora todo ha resultado bien.
¡Eh! vaya usted al diablo contestó mi tío Ramón; no estoy para ser objeto de sus bromas, y se levantó violentamente de la mesa. Se daba Semiramis aquella noche, y Colón estaba de gala; los palcos, ocupados por las más lindas y conocidas mujeres de la gran sociedad, presentaban un aspecto deslumbrador.
Aresti, en sus visitas de médico, había conocido los barrios altos de la villa, el albergue de las servidoras de la prostitución. Todas eran pequeñas, flacas, de rostro aniñado, con el raquitismo de la miseria. Las había de treinta y cinco años, que se presentaban con la falda corta, la trenza en la espalda, imitando grotescamente el ceceo de la infancia. Era el género más solicitado.
Debido a lo cual, los que crecen lentamente, como el roble, el nogal, el haya, etc., no tenían aún la corpulencia que habían de alcanzar con el tiempo; en cambio, otros se presentaban en la plenitud de su desarrollo.
No hubiera podido cerrar la puerta sin desatar la cuerda bien anudada y retrasar de ese modo la cena; no había para qué hacer ese sacrificio. ¿Qué ladrón tomaría el camino de las canteras con semejante noche, y por qué había de hacerlo precisamente esa noche, cuando no le había sucedido eso nunca en los quince años precedentes? Estas preguntas no se presentaban claramente al espíritu de Marner.
Palabra del Dia
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