Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 2 de septiembre de 2025
Y me ayudó a subir precipitadamente al carromato. Coloqueme en el antiguo sitio de mi tía, aplastado de un lado por un baúl sin cerradura y del otro por los innumerables atados que componían mi equipaje, confeccionados por Petrilla con extravagantes formas. ¡Adiós, mi cura, adiós mi viejo cura! exclamé. Hizo un gesto cariñoso y se volvió rápidamente.
Cuando Carmen hubo desaparecido, dirigiose precipitadamente al armario, y abrió. Miguel salió a rastras del fondo con el semblante pálido, descompuesto, completamente demudado. ¿Qué te pasa? preguntó con sobresalto Lucía. ¡Que me ahogo! ¡Corre a la alcoba... métete debajo de la cama! El joven se apresuró a cumplir la orden, y al instante apareció de nuevo la doncella.
Mario logró desasirse, y besando con efusión las manos de su esposa, exclamó sonriendo, mientras bañaban su rostro las lágrimas: ¡Qué niños somos! Parece que me estoy despidiendo para el fin del mundo. Y salió de la estancia precipitadamente. Carlota le siguió, y en lo alto de la escalera volvieron a abrazarse. Cuando hubo salido a la calle y traspuesto la esquina, se detuvo.
Comenzaba ya a caer la noche. »Muy bien, no hay ningún peligro, pienso, y entro en la casa. »En el momento en que abro la puerta de la sala, distingo en el crepúsculo una sombra que se desliza precipitadamente hacia afuera. »¿Quién puede ser? me digo. »Y la sigo. »En el cuarto del niño, ¿a quién encuentro?
Lo primero que Poldy hacía todas las mañanas, lo primero de que gustaba y a donde iba precipitadamente apenas salía de paseo, era a la margen de la laguna a ver si se le aparecía de nuevo la cigüeña blanca.
En la madrugada del siguiente día había dos coches preparados para la marcha. Todo el equipaje lo ha arreglado la señorita díjome su doncella. No se ha acostado en toda la noche. Apenas estuvieron enganchados los caballos, Cecilia montó precipitadamente en la berlina.
Llegó precipitadamente donde doña Luz estaba de pie; hincó en tierra ambas rodillas, y dijo con acento conmovido: Ya lo sabe V. De V. depende mi dicha o mi desdicha. Aquí aguardo mi sentencia. Todo discurso más prolijo hubiera sido absurdo en aquella ocasión; toda arte vana; toda precaución chocante.
Los pasos rudos de los tres hombres por la escalera agitaban la tertulia del salón. Doña Rosa dejaba la calceta y decía: «Laura, vé por el rosario, que ya sube tu padre». Y ella entonces abría la puerta de un gabinete oscuro, y temblando de miedo, que se hubiera guardado bien de confesar, descolgaba á tientas y precipitadamente un rosario que colgaba sobre la cama de su madre.
Arreglados mis bártulos, y después de comer precipitadamente, tomé el tren correo de Sevilla el día 4 de Abril de 188... Cuando hubieron cesado las despedidas, y el pito del jefe dio la señal de marcha y el prolongado tren salió de la estación, dirigí una mirada de examen a los que me acompañaban.
Tan abstraída estaba la dama, considerando los peligros de aquel día, que no tuvo espíritu más que para contemplar el organdí y la felpilla durante breves minutos, y lo guardó todo precipitadamente en una de las cómodas... A las once recibiría lo que esperaba de Pez. Sobre las diez y media iba Bringas invariablemente a su oficina.
Palabra del Dia
Otros Mirando