Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 14 de noviembre de 2025
De esta manera llegaron a los portales y a la casa de Villuendas, ya cerrada la noche. Entraron por la tienda, y en la trastienda Jacinta se dejó caer fatigadísima sobre un saco lleno de monedas de cinco duros. Al Pituso le depositó Guillermina sobre un voluminoso fardo que contenía... ¡mil onzas! iv
Cuando estuvieron algo apartados de la casa, el escudero dijo: Os advierto que ese Gabriel Cornejo es un bribón, y que si queréis que os dé lo que vale la joya, será bueno que la tase un platero. Os agradezco el aviso. ¿Y conocéis á alguno? Háilos aquí á montones, en Santa Cruz. Pues llevadme á uno. ¿Veis aquella tienda obscura de los portales? Sí que la veo.
El oficio que rivaliza en importancia con el de la trapera, es indudablemente el del zapatero de viejo. El zapatero de viejo hace su nido en los rincones de los portales; allí tiene una especie de gruta, una socavación subterránea, las más de las veces sin luz ni pavimento.
Alentada por esta declaración arrancose Fortunata a revelar que, en efecto, pensaba algo, y que algunas noches tenía sueños extravagantes. A lo mejor soñaba que iba por los portales de la calle de la Fresa y ¡plan!, se le encontraba de manos a boca. Otras veces le veía saliendo del Ministerio de Hacienda. Ninguno de estos sitios tenía significación en sus recuerdos.
No distinguimos por de pronto nada que revelase la mano de los árabes; pero debimos reconocer á poco la antigua ciudad musulmana en lo desigual de sus calles y sus casas, en lo mezquino de sus portales, en la sencillez de sus fachadas.
8 y carta para Asaf, guarda de la huerta del rey, [a fin] que me dé madera para enmaderar los portales del palacio de la Casa, y [para] el muro de la ciudad, y la casa donde entraré. Y me lo otorgó el rey, según la benéfica mano del SE
Así es que la mayor parte de los vecinos de Valladolid detestan las deliciosas alamedas con que la autoridad pública los ha obsequiado, y en vez de ir á buscar allí el sol, el aire puro, los perfumes y las alegrías de la vegetacion, y los rumores de las aguas, prefieren aglomerarse bajo los sombríos portales del centro, ó errar perezosamente en las calles infectas y tristísimas donde se pudrieron sus antepasados en el mismo abandono.
Pero aún quedaban los portales. ¡Ah, los portales! Los portales me parecían un recurso de mala ley, indigno de ser tomado en consideración por el momento. Para estar metido en un portal viendo caer la lluvia, más valía haberse quedado en casa.
Se parece a mí: yo creo que por esto me he venido a morar junto a ella. Ya te he dicho que es un estruendo grande de cosas mundanas el que la rodea; ahora añadiré que bajo sus portales, casi en su mismo recinto, hay unas tiendas de máquinas de coser y de paraguas. Además, junto a ella hay un gran salón donde gritan y corren jugando a la pelota.
Y fue ansí, que luego otro día salimos por la villa a pedir limosna y había llovido mucho la noche antes. Y porque el día también llovía, andaba rezando debajo de unos portales que en aquel pueblo había, donde no nos mojamos; mas como la noche se venía y el llover no cesaba, díjome el ciego: "Lázaro, esta agua es muy porfiada y cuanto la noche más cierra, más recia.
Palabra del Dia
Otros Mirando