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Actualizado: 5 de mayo de 2025
Al verle me separé diciendo: Comandante, un hombre de honor no tiene más que una palabra; mantened la vuestra. Subí a mi cuarto, con la desagradable convicción de que había seguido por completo el ejemplo del gobierno, pisoteando todos los principios de la dignidad. Pero ¡bah! si uno no se ayudara un poco en la vida, ¿cómo podríamos salir del paso? Esta reflexión acalló mis remordimientos.
Luciana pareció sorprendida de que mis trabajos de crítica sean tan mal pagados. Lo cierto es que con lo que yo gano y con lo poco que a la pobre muchacha le producen sus miniaturas no podríamos sostener una casa. Veo me dijo con un ligero suspiro que durante largo tiempo tendremos que armarnos de paciencia, a no ser que alguna hada benéfica...
Pero, en fin, más vale que mintieran los síntomas; porque verdaderamente... no era de envidiar el gusto ese... Y a otra cosa: mañana no, porque estaré ocupada en casa; pero pasado mañana ¿podríamos dar otro paseíto en el yacht?... Ya sabe usted que está enteramente a sus órdenes. ¡Cómo me gusta eso, Leto!... Cada día más... Pero, hombre, ¿cuándo haremos una escapadita afuera?
La inmediata pertenecía al mismo círculo de amigos; después seguía la de los curas de tropa, llamada así porque a ella se arrimaban tres o cuatro sacerdotes, de estos que podríamos llamar sueltos, y que durante la noche y parte del día hacían vida laica.
No hubiera sido prudente matar á don Juan de Guzmán; hubiera sido romper una de las cien manos de que se valen los traidores, y nada más; les sobrarían medios de llevar á cabo sus proyectos, de modo que acaso no podríamos conocerlos y estar á punto para destruirlos.
de los esclavos en Sevilla Como una triste consecuencia de la guerra, como costumbre aceptada y reconocida por todos los reinos de Europa, en los que podríamos llamar código ó convenciones militares, es sabido que los prisioneros constituían parte del botin del vencedor, y por lo que respecta á España, de igual modo que nosotros imponíamos la esclavitud á los enemigos que aprisionábamos, así también aquellos nos sometían á durísimos cautiverios, extremando sus rigores hasta el más bárbaro refinamiento.
Si tenemos aún alguna guerra, es civil o colonial; guerras que podríamos llamar zompas, sin brillo y sin provecho, en las que mueren los hombres tan bien como en las Termopilas o en Austerlitz, pues sólo una vez se pierde la vida, pero sin el consuelo de la fama y de la admiración pública, sin la aureola de eso que llaman gloria. Han nacido ustedes demasiado tarde.
8 Y el rey de Israel respondió a Josafat: Aun [hay] un varón por el cual podríamos consultar al SE
Ibamos barajados hombres y mujeres; y una entre ellas, la bailarina, que también hacía las Reinas y papeles graves en la Comedia, me pareció extremada sabandija. Acertó á estar su marido á mi lado, y yo sin pensar á quién hablaba, llevado del deseo de amor, y gozarla, díxele: Esta mujer, ¿por qué orden podríamos hablar, para gastar con ella veinte escudos, que me ha parecido hermosa?
Si no lo recuerdo mal, de algo valió España á los franceses no hace mucho tiempo, cuando, para vengar á nuestros misioneros mártires, ayudamos gratis y con las armas á crear una Francia amarilla en el extremo Oriente. ¿Quién duda de que aún podríamos servir y valer á franceses, ingleses y holandeses, en otras semejantes empresas ó en casos y lances de mayor importancia, sobre todo si ellos nos ayudaban á quitarnos de encima el ingrato estorbo de que hemos hablado y que tan sin piedad y tan sin conciencia nos abruma?
Palabra del Dia
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