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Actualizado: 17 de junio de 2025
Si pisa los clavos no tardarás en hallarla vuelta como una media: te seguirá á todas partes y no verá ya sino por tus ojos... Si entrase sin pisar los clavos, entonces hace falta que digas á las doce de la noche una oración que voy á enseñarte...
Poco después, y merced al favor de la Reina, Margarita construyó en la calle Réservoirs otro teatro más grande y lujoso, que llegó á ser una especie de «antesala» de la Comedia Francesa, ya que allí debían examinarse todos los artistas que aspiraban á pisar el escenario sagrado de la calle Richelieu.
Gallardo, ofendido por el mal gesto del cuñado, no se había atrevido a pisar su tienda, situada en las afueras de la Macarena, ni a apearle el ceremonioso usted cuando de tarde en tarde le encontraba en casa de la señora Angustias. Voy a ver cómo corren a naranjazos al sinvergüenza de tu hermano había dicho a su mujer al ir a la plaza.
Si alguien pusiera en duda esta verdad, oígale á él. ¡Callad, haraganes, callad! No hacéis migaja de labor. Toda la fuerza se os marcha por la boca y no valéis la comida que os dan. Los gritos quedan para las lumbradas y los hígados para el trabajo. ¡Puño! si no fuese por mí, no concluíais de pisar el fruto en ocho días.
Tú, que me escuchas, si el oido aplicas Al dulce cuento deste gran Viage, Cosas nuevas oiras de gusto ricas. Era del bel troton todo el herrage De durisima plata diamantina, Que no recibe del pisar ultrage. De la color que llaman columbina, De raso en una funda trae la cola, Que suelta con el suelo se avecina.
El 8, despues de muchas dificultades, nacidas de la mala voluntad de mis indios, dejé Tutulima, último punto habitado, para internarme en el desierto y pisar una tierra virgen todavía.
Antes se vea azotado por mano del verdugo Bartolomé Estéban Murillo, que vuelva ese lienzo á pisar los umbrales de la comunidad, si vuestras reverencias no han de tomarlo á enojo. No valieron ruegos, ni súplicas. Á los pocos instantes Murillo salia del convento con su grande obra. Ignoro qué hizo de ella.
Desgraciadamente para Ribera, la navegación, llena de peligros y contratiempos, duró nueve meses, y a pesar de sus precauciones se encontró al pisar tierra con que sólo tres de las estacas podían aprovecharse, pues las demás no servían sino para avivar una hoguera. Dióse a cultivarlas con grande ahinco, cuidándolas más que a sus talegas de duros; y eso que su reputación de avaro era piramidal.
¿La pequeña Irma, que tenía las manos tan rojas y la deplorable costumbre de pisar los moñigos de vaca? La pequeña Irma es ahora una joven que vuelve de Santa Clotilde con todos los diplomas y tan hecha a las buenas maneras, que desprecia soberanamente a los aldeanos, empezando por el bueno de su padre. Prefiero, entonces, la antigua Irma.
Vuestro nombre será borrado de los registros de la orden y os queda prohibido volver á pisar los umbrales de la abadía y entrar en ninguna de las granjas y posesiones de Belmonte.
Palabra del Dia
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