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Actualizado: 20 de junio de 2025
Hay además una razón económica, en todas esas grandes empresas: el dinero de los peones, en sus tres cuartas partes, reingresa en la caja, por conducto de las cantinas numerosas y provisiones de todo género que se establecen sobre el terreno. Los chinos no consumen nada, lo que no los hace por cierto muy simpáticos a la empresa.
Fernando de Ecija vecino de esta ciudad trajo la nueva de como el conde de Cabra y Martínez Alonso y otros caballeros habían desbaratado y cautivado al rey de Granada y otros muchos caballeros y peones que le acompañaban. La ciudad le dió 3000 mrs. de albricias.
El comisario se mantenía á distancia con sus cuatro soldados de largos sables, sabiendo que su presencia, las más de las veces, servía para excitar los ánimos en vez de calmarlos. Los que más le preocupaban eran los peones chilenos. En las fiestas ordinarias, cuando estaban con sus camaradas de trabajo, su embriaguez resultaba metódica y su humor no sufría sobresaltos.
Los hombres trabajaban á cinco leguas de allí, río abajo, en un lugar algo pantanoso, donde las crecidas habían hecho surgir un bosque de álamos y otros árboles. Apartaban los peones la tierra inmediata á los troncos, dejando al descubierto sus raíces.
Cuando el calor se hacía insoportable, me detenía a la sombra de un peñasco saliente que nos abrigaba amenazando, y esperaba allí a los peones.
Llegaban los peones fatigados por el trabajo de romper los bloques arrancados por el barreno, de cargar los pedruscos en las vagonetas, de arrastrarlas hasta el depósito de mena y volverlas á su primitivo sitio.
Pero de tiempo en tiempo sentíamos las explosiones causadas por las minas en las rocas que taladraban en el fondo de la selva algunos peones, abriendo un camino carretero por en medio de abismos.
El ganado había venido «bien arropao», sin que un solo toro se distrajese ni apartase, dando que hacer a piqueros y peones. Eran animales de buena casta: lo mejorcito de la ganadería del marqués. Al día siguiente, si los maestros tenían vergüenza torera, iban a verse grandes cosas... Y con la esperanza de una buena fiesta, fueron retirándose jinetes y peones.
-Está bien cuanto vuestra merced dice -dijo Sancho-, pero querría yo saber, por si acaso no llegase el tiempo de las mercedes y fuese necesario acudir al de los salarios, cuánto ganaba un escudero de un caballero andante en aquellos tiempos, y si se concertaban por meses, o por días, como peones de albañir.
Con frecuencia, se presentaban á Desnoyers algunos de los peones mestizos á los que suponía la malicia pública en íntimo parentesco con el estanciero. «Patroncito: dice el patrón viejo que me dé cinco pesos.» El patroncito respondía negativamente, y poco después se presentaba Madariaga, iracundo de gesto, pero midiendo las palabras, en consideración á que su yerno era tan serio como él.
Palabra del Dia
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