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Actualizado: 18 de junio de 2025
No podemos evitar ciertos inconvenientes porque se trata de inconvenientes, no de peligros más que permaneciendo fuertemente unidos. Yo no la abandonaré, siempre que usted misma no se haga traición. ¡Qué diablo! Yo creí que tenía usted más estómago. ¿Es usted capaz de perder pie, como una francesa, en vez de tenerse firme, como verdadera italiana?
Daba este mucha importancia a su apostolado, y cuando le caía en las manos uno de aquellos negocios de conquista espiritual, exageraba los peligros y dificultades para dar más valor a su victoria.
Daba gritos de susto por su caída, y al quedar sentado en la mano del gigante tampoco se consideró seguro, agarrándose á uno de sus dedos. Al fin pareció serenarse, echando atrás el velo que cubría su rostro para poder hablar. Sólo por usted soy capaz de arrostrar tantos peligros. Pero todo lo doy por bien empleado á cambio del placer de verle. Esta vez el asombro de Gillespie fué risueño.
Estos aprendices de dañador traían la barra pendiente del hombro por medio de una cuerda, como si fuese un fusil, y se pavoneaban entre los grupos con cierto orgullo, satisfechos de participar de los peligros y aventuras de los hombres. Cada cuadrilla llegaba con un grupo de perros.
En el siglo XIV, en el que 25:000.000 de habitantes casi la mitad de la población de Europa sucumbieron de la peste negra, los peligros que asediaban permanentemente al habitante, provenían de los poderes sobrenaturales a los que les eran atribuidas las sequías, las inundaciones, las epidemias, los terremotos, las pestes, las cosechas y los triunfos de la guerra.
Fué Berenguer animoso y valiente con los mayores peligros, fuerte en los trabajos, constante en las determinaciones, igualmente conocido por los sucesos prosperos y adversos porque en medio de su felicidad padeció una larga y trabajosa prision y apenas salido de ella, y restituido á los suyos, cuando otra vez la fortuna se le mostraba favorable murió á traicion á manos de sus amigos, en lo mejor de sus esperanzas.
En esta breve reseña se contiene el hilo del discurso de un católico que conforme á lo que dice san Pedro, quiera estar preparado para dar cuenta de su fe, y manifestar que ateniéndose á la católica, no se desvía de las reglas de bien pensar. Ahora, añadiré algunas observaciones que sirvan a prevenir peligros, en que zozobra con harta frecuencia la fe de los incautos.
Ella, ella enternécese más con el mar, con la poesía del infinito; en cambio, el esposo fíjase en el hombre de mar, en los peligros que corre, en el drama de todos los días, en el flotante destino de su familia. Aunque la mujer se conmueva ante las desdichas individuales, sin embargo, no presta tan serio interés á las clases.
Lamentábame yo de que España, en la presente ocasión de apuros y peligros, estuviese aislada: pero mi lamento no implicaba oposición á determinado partido ú hombre político. No iba contra nadie: iba contra todos.
Encendióse luego en deseos fervorosos de ser uno de los señalados para pasar á Indias, á cuyo fin hizo á Dios Nuestro Señor repetidas súplicas para que se dignase su Divina Majestad de escogerle para propagar su gloria y llevar la luz de la fe á los que viven en las sombras de la gentilidad, ofreciéndose con voluntad pronta á los trabajos y á los peligros de la vida hasta derramar su sangre por la fe.
Palabra del Dia
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