Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 10 de mayo de 2025
No se reunía con ellos; él sabía un rincón perfumado por las flores de las acacias y de los espinos que caía sobre un sitio en donde el río estaba en sombra y a donde afluían los peces.
Allí pululan los animálculos luminosos que, atraídos momentáneamente á la superficie, aparecen formando regueros, serpientes de fuego ó resplandecientes guirnaldas. En su transparente espesor debe estar alumbrado el mar acá y acullá con tales resplandores; las mismas aguas tienen cierto brillo, una semi-luz que se nota sobre los peces, así vivos como muertos.
Y empezaron los peces a saltar, primero un lucio como de una vara, luego una carpa, radiante como el oro, luego dos truchas, y un mundo de meros. Masicas abrazó a Loppi, y lo volvió a abrazar, y le dijo: «¡leñadorcito mío!» Ya ves, ya ves, Loppi, lo que nos sucede por haber oído a tu mujer y salir temprano a buscar fortuna.
Ferragut buscó en el suelo de los estanques los llamados peces de fondo, bestias aplanadas que pasaban la mayor parte del tiempo hundidas en la arena bajo un sudario de algas.
Cuando el plancton, á impulsos del azar ó siguiendo misteriosas atracciones se iba aglomerando en un punto determinado del litoral, las aguas hervían en peces con asombrosa fecundidad.
Salvador hizo otro signo de asentimiento. Bueno; pues no me negarás que es una mujer con «todas las agravantes», una «super-hembra» con una «arboladura», y un «calado»...; vamos, te digo ¡que la mar y los peces de colores!...
El viento del polo azotábales continuamente con un diluvio de escarcha, con ese torbellino de agudas flechas que punzan y penetran, embrutecen, haciendo perder la voz y los sentidos. Cerrado el mar, no había que pensar en la pesca; pero quedaba la foca. Y ¡cuántos peces no encierra una foca! ¡Qué riqueza de aceite acumulado!
Los domingos pasaban juntas las dos amigas toda la tarde en la casa de una o de otra, y allí era el comer dulces y el contarse cositas, sentadas al balcón, viendo las idas y venidas del crítico desde la calle de los Tres Peces a la de la Magdalena.
Lo que pasa entre los peces pasa entre los hombres; sólo que nosotros no abrimos la boca y nos tragamos la víctima de golpe, lo cual, después de todo, es una ventaja para ella, sino que la vamos devorando a pequeños mordiscos, arrancándole la carne hasta dejarla en esqueleto... ¿No me ve usted a mí? añadió con sonrisa feroz apuntando a su rostro. El pez que me ha comido lo entendía.
33 También disertó de los árboles, desde el cedro del Líbano hasta el hisopo que nace en la pared. Asimismo disertó de los animales, de las aves, de las serpientes, y de los peces. 34 Y venían de todos los pueblos a oír la sabiduría de Salomón, y de todos los reyes de la tierra, donde había llegado la fama de su sabiduría.
Palabra del Dia
Otros Mirando