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Actualizado: 19 de mayo de 2025
Casi frente á la peña de Malapadnabató se halla el vadeo de aquel nombre, en el que, una rústica garita, y uno menos rústico camarín, señalan un puesto de carabineros, llamados á vigilar las importaciones que lleva á Manila el Pasig.
Dicha fracción era la que habitaba Tondo, Manila y los pueblos de la cuenca del Pasig, por lo cual, algunos autores antiguos, haciendo etimología de como suena, explicaron la formación de la palabra como contracción de taga-ilog «habitante del rio»; pero esto no es posible, porque de ser así no habría desaparecido la letra í, y aún en caso de que tal hubiera ocurrido, tampoco podría haber quedado la forma tagálog acentuada en la segunda a sino tagalóg por exigirlo así la fonètica de la palabra con semejante orígen.
Simoun desde un aposento de su casa que da al Pasig, dirigía la vista hácia la ciudad murada, que se divisaba al través de las ventanas abiertas, con sus techos de hierro galvanizado que la luna hacía brillar y sus torres que se dibujaban tristes, pesadas, melancólicas, en medio de la serena atmósfera de la noche.
Nuevamente en marcha, cada cual procuró colocarse lo mejor que pudo, tanto en la cámara como sobre cubierta. El vapor navegaba por la extensa laguna de Bay, madre del Pasig. Las aguas de aquella en los fuertes Sures y Nordestes, toman gran movilidad, haciéndose un tanto peligrosa la navegación en pequeñas embarcaciones.
Para llevar tapis hay que nacer á las orillas del Pasig, como para terciarse una mantilla no hay más remedio que comer las papillas acariciado por las brisas de Sierra-Nevada, dormir arrullado por las palmas y el polo gitano, despertar con el alegre volteo de la campana de la Vela, saber beber manzanilla, y en fin, y ¡viva mi tierra! haber nacido en aquel pedazo de cielo que se llama Andalucía.
Aquí, el horizonte se ensancha y se aprecian distintamente las desigualdades de los escabrosos y agrestes montes de San Mateo. Las orillas de esta parte del río están llenas de cascos y bancas. Los indios de Pasig son tenidos por los mejores bogadores de la provincia de Manila.
Se afirma que el nombre que lleva es debido á que en su cavidad hizo vida cenobítica una pecadora arrepentida llamada Doña Jerónima; habiendo quien asegura, por el contrario, que aquella cavidad fué hecha para baño de una sibarita y opulenta señora. Á un tiro de bala de la cueva se levanta la iglesia del rico pueblo de Pasig.
Las riberas del Pasig han sido objeto de rimas y trovas, y sus aguas cantadas por melancólicos amantes y por músicos más ó menos inspirados. El día de San Juan y los tres de carnestolendas constituían cuatro fiestas fluviales, en las que los remojones, las regatas y las enfrentadas en banca, figuraban en primer término.
El Comercio no duerme por observar las burbujas del Pasig, La Oceanía mira de reojo á su vecino de enfrente, y el Diario profetiza, por boca de no sé quién, que el tifón está poco menos que soplando en los aldabones de la puerta de Santa Lucía, y piensas en viajitos por mar. Vaya, vaya, tú estas malo y tratas de contagiarme. Pero, en fin, ¿me acompañas ó no?
Y cruzaban, y cruzaban sobre el lomo verdinegro del antiguo Pasig , todas las espléndidas y gráciles, las espléndidas pagodas como notas fugitivas y triunfantes de un alegro, fusionando con las odas, con los ecos de las odas que exhalaban de sus labios, parecidos a sublimes instrumentos de invisibles gnomos sabios, los espíritus acuáticos y las diosas de los vientos.
Palabra del Dia
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