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Actualizado: 21 de mayo de 2025
El orador no había sido nunca amigo del Hombre-Montaña; lo hacía constar desde el principio de su discurso. Si el mismo día de la llegada del gigante al país se hubiese acordado su muerte, el acto le habría parecido muy oportuno é inspirado en una verdadera prudencia política, mereciendo su completa aprobación.
Su galantería de mujer bien educada le obligó á permanecer de pie, para no privar de asiento á los seres débiles y masculinos de larga túnica y amplio manto que habían venido á presenciar la fiesta. La gloria del profesor iba acompañada de una nueva visión de la existencia. Nunca le había parecido la vida tan hermosa y atrayente.
En esto, les sirvió de peine unas manos, que si los pies en el agua habían parecido pedazos de cristal, las manos en los cabellos semejaban pedazos de apretada nieve; todo lo cual, en más admiración y en más deseo de saber quién era ponía a los tres que la miraban.
Era aquel el sitio que a Teodoro Golfín le había parecido el interior de un gran buque náufrago, comido de las olas, y su nombre vulgar justificaba esta semejanza.
Coca, imperturbable, señaló: El tercero a la izquierda de Ignacio... Ese que tiene la mano puesta en la cintura. El «que tenía la mano puesta en la cintura» era uno de tantos, sin señas particulares, de bigote y de uniforme como los demás... Está bastante parecido observó Laura, dando un pellizco en el brazo a su traviesa hermanita. Regular... contestó ésta. Es más buen mozo.
Ana sintió que un pie de don Álvaro rozaba el suyo y a veces lo apretaba. No recordaba en qué momento había empezado aquel contacto; mas cuando puso en él la atención sintió un miedo parecido al del ataque nervioso más violento, pero mezclado con un placer material tan intenso, que no lo recordaba igual en su vida.
Además, el Museo posee, entre otras piezas de un orígen parecido, dos grandes mazas de madera: la una encontrada en una escavacion en Copiapó y la otra en Quillota, ambas en Chile. La última me fué obsequiada, allí, en 1885, por mi malogrado amigo don Benjamin Vicuña Makenna, dias despues de haberse efectuado su descubrimiento.
Tampoco se hartaba de mirar al mar, encontrándolo siempre distinto: unas veces ataviado con traje azul claro, otras, al amanecer, semejante a estaño en fusión; por la tarde, al ocaso, parecido a oro líquido, y de noche, envuelto en túnica verde oscura listada de plata. ¡Y cuando entraban y salían las embarcaciones!
No importa; cuando esto empiece a correr, verán ustedes; adquiriré una reputación y una gloria tan grandes, pero tan grandes que... Adiós mi dinero murmuró doña Lupe, y Fortunata dijo para sí algo parecido.
Los tíos aquéllos tan sabios se miraban absortos, declarando no haber visto caso ni remotamente parecido.
Palabra del Dia
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