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Actualizado: 14 de julio de 2025
La imposibilidad moral ú ordinaria. La imposibilidad moral ú ordinaria, es la oposicion al curso regular ú ordinario de los sucesos. Esta palabra es susceptible de muchas significaciones, pues que la idea de curso ordinario es tan elástica, es aplicable á tan diferentes objetos, que poco puede decirse en general que sea provechoso en la práctica.
Es buena esa chica dijo con gravedad Doña Paca , aunque tan ordinaria, que no empareja ni emparejará nunca conmigo. Sus regalos me ofenden, pero se los agradezco por la buena voluntad... En fin, es hora de que nos acostemos. Pues ya me parece que va medio hecha la digestión, prepárame la medicina para dentro de media hora.
La expresión ordinaria de su fisonomía, dura, casi feroz; mas cuando tenía que expresar algo, aunque fuese lo más insignificante, v. gr., cuando preguntaba la hora o el tiempo que hacía, hinchaba de tal suerte su nariz borbónica, abría los ojos desmesuradamente y los clavaba con tal fuerza en el interlocutor, que éste necesitaba mucha presencia de ánimo y sangre fría para no echarse a temblar.
A partir de este momento, el ingeniero creyó haber caído en un mundo irreal, en una vida distinta de la ordinaria. Los hechos se sucedieron con una rapidez desconcertante. Se vió hablando con un oficial que corría á lo largo de la cubierta dando gritos á los marineros para que echasen los botes al agua.
Esta imposibilidad nada tiene que ver con la absoluta ni la natural; las cosas moralmente imposibles no dejan por eso de ser muy posibles absoluta y naturalmente. Daremos una idea muy clara y sencilla de la imposibilidad ordinaria, si decimos que es imposible de esta manera todo aquello que, atendido el curso regular de las cosas, acontece ó muy rara vez ó nunca.
El conocimiento adquirido es obra del cálculo puro. Y ahora, por si alguien duda todavía de que yo sea la cordura andando, voy a dar a todos la última prueba de ella. ¿Cómo? Pues no volviendo a hablar de semejante asunto. Se acabó. Sigamos la vida ordinaria... Aquí no ha pasado nada, tía; hágase usted cuenta de que no hemos hablado nada. ¿No me dijo usted que tenía otra cuenta que arreglar?
Luego comenzó la curiosidad a roerle el pensamiento. ¿Por qué escribiría su sobrina con tanto misterio al aborrecido don Juan? ¿Qué habría pasado entre ambos? ¿Estarían en relaciones... íntimas... arrimaos, que dice la gente ordinaria?
En cuanto al plan, nada hay más sencillo y menos artístico que estos pasos; el más insignificante suceso, cualquier motivo sacado de la vida ordinaria, principalmente de la de las clases más bajas del pueblo, le ofrecía un asunto bastante; y esto, aunque por sí de poca importancia, sabe hacerlo agradable por la sencillez, fidelidad y naturalidad de la exposición, derramando de paso tal y tan tranquila amenidad, que sólo es dable lograrlo á los nacidos para eso.
Al contrario, la juzgaba desenvuelta, provocativa y educada en plena libertad por una madre ordinaria e ignorante, de la clase más baja de la sociedad y antigua pecadora más o menos arrepentida.
El miedo a las expansiones naturales de aquel espíritu ardiente le había hecho cambiar el plan suave de los primeros días por aquel otro expuesto en el cenador del Parque, más parecido a la ordinaria disciplina a que él sometía a los penitentes; pero ya veía don Fermín que era preciso volver a la blandura y dejar al instinto de su amiga más parte en la ardua tarea de ganar para el bien aquellos tesoros de sentimiento y de grandeza ideal.
Palabra del Dia
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