Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 22 de mayo de 2025


¡Cuánto daría por estar a bordo con ese perro de Plick, él con los brazos atados a una cuerda de obenques y la espalda desnuda... yo con un buen rebenque en la mano! ¡Cuando pienso que por haber pasado por las manos de ese miserable de comisario nuestra parte de presa ha disminuido en nueve décimos; que en lugar de los sesenta mil francos con que vivo desde hace veinte años podría tener un millón, y que a ese pobre Kernok no le tocaron más que doscientos mil francos de las toneladas de plata que recogimos a bordo del buque español!

Entonces estaba tan cerca, que se oían las voces de mando de los oficiales ingleses. Muchachos, a vuestras piezas dijo Kernok precipitándose hacia un banco con la bocina en la mano ; a vuestras piezas, y ¡voto a tal! no hagáis fuego sin que os lo manden. ¡El abordaje!... ¡El abordaje!... Unos se suspenden de las jarcias, otros se lanzan hacia los obenques. VÍCTOR HUGO, «Navarin».

Y efectivamente, echaban el dinero en los cañones a puñados, hasta ahogarlos. De este modo pasaron cincuenta mil escudos. Apenas todas las piezas estuvieron cargadas, cuando la corbeta, que se encontraba cerca del brick, maniobró de modo de meter su bauprés en los obenques de El Gavilán; pero Kernok, por un movimiento hábil, evitó el choque y luego se dejó derivar por el inglés.

En aquel instante mismo, los dos navíos se abordaron. Los tripulantes ingleses que quedaban estaban en los obenques y sobre los empalletados, con el hacha a punto, el puñal entre los dientes, prestos a lanzarse de un brinco sobre el puente del brick. Un gran silencio reinaba a bordo de El Gavilán.

Y la bestia de su mujer que parte a media noche para ir a buscarle, el diablo sabe dónde... ¡Una brisa tan hermosa! ¡Perder una brisa tan hermosa! repetía en tono desgarrador mirando un ligero catavientos colocado en los obenques, y que por la dirección que le daba el viento anunciaba una fuerte brisa del NO . Es preciso estar tan loco como el hombre que pone el dedo entre el cable y el escobén.

La metralla inglesa rasgaba el velamen como si grandes e invisibles uñas le hicieran trizas. Los pedazos de obra muerta, los trozos de madera, los gruesos obenques segados cual haces de espigas, los motones que caían, los trozos de velamen, los hierros, cabos y demás despojos arrancados de su sitio por el cañón enemigo, llenaban la cubierta, donde apenas había espacio para moverse.

Y ése es el que estáis viendo, amarrado por sus dos cables. A bordo había poca gente: el contramaestre, seis marineros y un grumete; nadie más. Los marineros estaban agrupados en los obenques o sentados sobre los afustes de los cañones.

Palabra del Dia

commiserit

Otros Mirando