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Actualizado: 21 de junio de 2025
Lo que por fuerza acontece es que la joven de pocos recursos traduce el terciopelo al merino, la blonda al tul, el raso al tafetán, el gro al organdí y la batista á la indiana.
A pesar de las medidas preventivas tomadas por Bolívar, seguro como estaba de que Bóves allegaba gente para tomar desquite de la última derrota de los realistas, no pudo evitar que en la Puerta los 5.000 ginetes y 5.000 infantes españoles derrotaran á Meriño, cuya fuerza no llegaba á una mitad de este número.
El otro despacho fechado en Barcelona á 18 de agosto de 1408, el Rey D. Martin destinó á la reparacion de la ALJAFERIA, que por su notable y antigua construccion sobresale, segun espresa, entre todas las moradas ó palacios de su dominio, el tributo llamado maravedí, que se cobraba de ciertos pueblos, y aljamas de judios y sarracenos, mandando que se entregasen á Pardo La-casta, merino de Zaragoza bajo pena de la indignacion real.
La primera vez parecía una gran señora: traía un vestido de gro negro y un sombrero, que ya, ya... Poco después venía vestida de merino y con mantilla, algo desmejorada la cara. A la semana siguiente me pareció que su traje tenía algunas manchas, y sus botas algunos agujeros. Por fin el lunes de la semana pasada vino muy pálida y quejándose del pecho, con la voz ronca.
El mulaterío femenino de la casa y de la vecindad, había invadido la sala: no faltaban alrededor del féretro dos o tres mulatillas arrodilladas que se turnaban sucesivamente. Claro es que la sala había sido cubierta en un instante de crespón y de merino negros en homenaje a su ilustre dueña.
Los varones, con los desechos de la ropa de su padre que yo les arreglo, van tirando. ¡Pero las niñas!... ¡Y con estas modas de ahora y este suponer!... ¿Viste la pieza de merino azul?, pues no fue bastante y tuve que traer diez varas más. ¡Nada te quiero decir del ramo de zapatos!
Vos vero teneamini ex tunc in dicta capella deservire continue, et ibidem pro anima nostra et nostrorum progenitorum ceterorumque fidelium defunctorum missas et alia divina officia celebrare, requierentes et rogantes instantia, qua decet et convenit, venerabilem in Christo patrem archiepiscopum Cæsaraugustæ, ut vos confirmet in beneficio dicti presbiteratus, tamquam ideoneum et capacem, quem eidem presenti ad ipsum presbiteratus et beneficium ducimus præsentandum, mandantes nihilominus merino Cæsaraugustæ, qui nunc est vel qui tempore fuerit, ceterisque officialibus et subditis nostris præsentibus et futuris, quatenus vos dictum Johannem Petri Dosca pro uno dictorum presbiterorum seu sacerdotum teneant, et tractent, vobisque respondeant et responderi faciant de pensione vobis ut præmittitur assignata juxta institutionis de prædictis per nos factam seriém et tenorem.
En el 2.º documento, dirigido tambien al merino y los oficiales de Zaragoza, habla el mismo Rey D. Martin del abuso que intentaba hacer del agua Ramon de Torrellis, el cual pretendia aprovecharse de ella despues de regado el huerto menor, y no el mayor de la ALJAFERIA; de lo que se seguia que se secasen los árboles y plantas de dichos huertos, particularmente en los meses de calor: y el Rey D. Martin dice, que así como no quiere causar perjuicios á sus súbditos, tampoco quiere que se le causen, y que su mente no fue de ningun modo el que se aprovechase Torrellis del agua, sino despues de regados los dos huertos de la ALJAFERIA, y en esta forma declara el sentido de los anteriores despachos.
Mi Isabelita vino al mundo el día mismo en que el cura Merino le pegó la puñalada a Su Majestad, y tuve a Rupertito el día de San Juan del 58, el mismo día que se inauguró la traída de aguas». Si los diez y siete chiquillos hubieran vivido, habría sido preciso ponerlos en los balcones como los tiestos, o colgados en jaulas de machos de perdiz.
Su alta estatura, su ademán de indignación suprema, la asemejaran a bello mármol antiguo, si la bata de merino negro no borrase la clásica semejanza. Don Ignacio balbucía la leonesa usted se engaña, se engaña.... Yo no le quiero a usted... es decir, de ese modo, no, nunca. Atrévete a jurarlo rugió él. No... no, me basta decirlo replicó Lucía con creciente firmeza . Eso no.
Palabra del Dia
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